El Jueves Santo se cierra como un capítulo más de esta inusual Semana Santa, en la que la lluvia se ha convertido en protagonista principal, desluciendo las estaciones penitenciales en unos casos, o provocando su suspensión en otras.
La primera fase se prolongará por espacio de tres meses y se centrará en la eliminación de los daños existentes a nivel estructural y funcional, quedando la segunda para una fecha posterior al Centenario Fundacional de la cofradía.