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"Gracias a todos, de mi familia y de mis hijos, les llevaré a todos siempre en mi corazón". Con estas palabras entrecortadas mostraba esta tarde su agradecimiento a la sociedad lucentina Yonela Dinu, poco después de conocer que al final, la colaboración de cientos de personas había hecho posible recaudar los apenas 5.000 euros que eran necesarios para que ella, sus cuatro hijos, y el cadáver de su esposo, puedan volver a Rumanía tras ocho años intentando encontrar en nuestro país una vida mejor.
La historia de dolor de esta familia rumana ha conmovido a muchos lucentinos desde que el pasado sábado se produjo el fallecimiento del esposo de Yonela, tras dos semanas ingresado en coma en el Hospital Reina Sofía de Córdoba. "Hacía mucho tiempo que queríamos volver pero no teníamos dinero, la vida era difícil, buscábamos chatarra por las calles, por los ríos y por todas partes, pero la chatarra solo da para poder dar de comer a mis hijos y había que pagar el alquiler, la luz...", señalaba Yonela esta tarde a LucenaHoy.
Al final, ha tenido que ser precisamente un hecho luctuoso como la muerte de su esposo, la que determine esa vuelta de forma precipitada: "Aquí ya no podíamos hacer nada", comentaba esta mujer hecha a la briega diaria con la escasez, la pobreza y la asistencia social, que refleja la forma en que la crisis se ceba en los más desfavorecidos, independientemente de cuál sea su nacionalidad, color o raza.
El próximo domingo, Yonela y sus cuatro hijos volverán a Rumanía buscando el acomodo familiar. El lunes lo hará el féretro de su esposo para ser enterrado en tierra rumana. Será el final de una de tantas experiencias fallidas de quienes se ven obligados a dejar su entorno más cercano para buscar una oportunidad de vida lejos de los suyos.
Varios colectivos locales, como la Fundación "Acuarela de Barrios", que atendía a los hijos de la familia en sus talleres, y numerosas AMPAS de centros escolares lucentinos, han tenido la culpa de que, junto a la tragedia, esta historia se escriba también con letras de solidaridad. Más de 1.100 euros se han recaudado a traves de ingresos en la cuenta de la fundación, unos 700 euros fueron recogidos a través de donativos en la televisión local y el resto hasta completar la suma necesaria llegó a través de cientos de pequeños donativos de niños y niñas de los colegios de Lucena. Al final, ni siquiera ha sido necesario que el Ayuntamiento aportase cantidad alguna, pese al compromiso del concejal de Servicios Sociales, Carlos Villa, de hacer participe de esta ola de solidaridad al consistorio lucentino.
Una vez más, la sociedad lucentina ha demostrado que está ahí cuando se la necesita y que, para la inmensa mayoría, las personas importan más que las naciones.
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