Hospitales, centros de salud, residencias de ancianos y discapacitados, clínicas privadas y cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado del centro de Andalucía las conocen y les dan las gracias por su trabajo, tras haber recibido en las últimas semanas cientos de equipos de protección individual (EPIs) y batas sanitarias y miles de gorros, calzas altas, delantales y mascarillas salidas de sus talleres.
El grupo está compuesto por unas treinta mujeres, que junto a Paqui López coordina la diseñadora y costurera lucentina Araceli Vicioso. Ambas gestionan los pedidos, buscan recursos económicos y donaciones, localizan tejidos profesionales que aporten el grado de seguridad necesario y organizan la logística, para la que resulta fundamental la colaboración del grupo de voluntarios de la Cofradía de la Sangre de Lucena, una de las primeras en ponerse al servicio de la ciudad desde el inicio de la pandemia, que diariamente se ocupa de hacer llegar el material allí donde es necesario".
"Yo estaba trabajando con un colectivo que se dedicaba a realizar pantallas protectoras faciales con acetato y piezas de impresión 3D y muchas de las voluntarias colaboraban con el numeroso grupo que realiza mascarillas para el ayuntamiento, por lo que aprovechando la experiencia de Araceli decidimos intentar centrarnos en la producción de equipos más específicos, de los que había una gran demanda por parte de médicos y ATS". Así nació "Voluntarias Sanitarias"
Para ello fue fundamental contar con un cortador profesional, Alejandro Gómez, vinculado profesionalmente al sector de la tapicería y confección industrial, y una primera donación de 500 metros de TNT –tejido no tejido– de alta filtración bacteriana, que permitió confeccionar una primera partida de 140 batas y 90 EPIs, totalmente profesionales y listas para su uso en primera línea de lucha contra el COVID-19.
"Entregamos ese primer pedido al Centro de Salud de Lucena y desde allí se distribuyó a distintos ambulatorios, personal sanitario y colectivos. Enseguida empezaron a solicitarnos más material desde distintos puntos de la provincia y entramos en esta vorágine de trabajo en la que todavía seguimos", señala Araceli Vicioso.
En efecto, desde ese momento las peticiones no han cesado pero las donaciones tampoco, los contactos con empresas de la comarca que disponen de material para hacer posibles estos equipos de protección se han multiplicado y el grupo sigue en su afán de conseguir que ningún profesional sanitario carezca de equipos de protección.
"Ahora se han sumado las clínicas dentales y consultas privadas, que vuelven a la actividad y ven que es casi imposible encontrar EPIS en el mercado" comenta Paqui López, que afirma que incluso colegios profesionales como de Dentistas de Córdoba se ha puesto en contacto ellas.
Desde Madrid a Sevilla, pasando por Málaga o Córdoba y todo el centro de Andalucía, las "Voluntarias Sanitarias de Lucena" siguen, puntada tras puntada en sus máquinas de coser, haciendo que trabajar sea más seguro para quienes tienen que velar por el resto de ciudadanos en centros sanitarios, residencias o en comisarías y carreteras. La sociedad está en deuda con ellas por su tesón, su trabajo desinteresado y por el optimismo que contagian. Gracias.