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El expolio de naves industriales y promociones residenciales se está convirtiendo en un problema en las zonas del extraradio de Lucena. La crisis económica y la fractura de la burbuja urbanística han hecho que los bancos se conviertan en propietarios de múltiples promociones e instalaciones industriales que no pueden vender y que les resulta muy costoso mantener, abocando al expolio a manos de grupos organizados muchas de estas edificaciones. Los casos de Lacados o IUCCA a nivel industrial, o de la promoción El Olivar, a nivel residencial, son claro ejemplo de ello.
Aunque no existen datos concretos, fuentes inmobiliarias locales aseguran que en estos momentos pueden existir en Lucena más de un centenar de naves industriales de mediano o gran tamaño vacías, a lo que habría que sumar varios centros comerciales en zonas como Los Polvillares y centenares de pequeñas naves y locales distribuidas por los diferentes polígonos y el casco urbano.
Los representantes del tejido productivo lucentino contemplan con preocupación esta situación. Tanto Antonio Toro, presidente de la Federación de Empresarios y Comerciantes UNICA, como Jaime Verdú, secretario general de la Unión de Empresarios de Lucena, coinciden al considerar que estas actuaciones van en menoscabo de la imagen del conjunto del empresariado lucentino y suponen un importante daño a la propia imagen de la ciudad.
Antono Toro considera que se hace muy necesario que este tema sea abordado por la Mesa Local de Seguridad, y tanto Ayuntamiento como Subdelegación del Gobierno pongan en marcha actuaciones de vigilancia y control de este tipo de infraestructuras industriales actualmente vacías como consecuencia de la crisis económica.
Para Toro no se puede permitir que grupos organizados sigan desvalijando impunemente este tipo de propiedades. Para el responsible empresarial es lamentable ver casi reducidas a escombros las antiguas instalaciones de Lacados, junto a un moderno complejo del frío industrial.
En similares terminus se expresa Jaime Verdú, que asegura que su asociación está muy preocupada por el incremento del número de robos en naves vacías, que afecta tanto a propiedades bancarias como a otras que pertenecen a particulares. Verdú señala que la vigilancia privada es en muchos casos inviable y las fuerzas de seguridad no pueden vigilar todos los polígonos industriales de la ciudad para evitar estos robos. Para Verdú sería necesario un plan coordinado desde el ayuntamiento que intente volver a poner en valor los centenares de naves industriales vacías existentes en la ciudad, para lo que propone hacer un censo de las mismas y negociar con sus propietarios alquileres baratos o medidas de choque que permitan que nuevos emprendedores puedan acceder a las mismas en lugar de mantenerlas cerradas esperando que les llegue el turno. Verdú señala que es lamentable" la actitud de los bancos que permiten que algunas propiedades recogidas como consecuencia de impagos sean literalmente desguazadas por los ladrones e inadmisible que se sigan produciendo este tipo de robos.
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