Azahara López y Antonio Pacheco son dos agentes del Cuerpo Nacional de Policía adscritos a la Comisaría de Lucena. El pasado viernes realizaban una patrulla rutinaria por la carretera de salida de Lucena hacia Cabra. A la altura de un conocido supermercado los policías se vieron sorprendidos por la extraña maniobra de un vehículo que les adelantaba con rapidez con las luces de emergencia encendidas y paraba repentinamente ante el coche policial. Varias personas bajaron rápidamente del turismo. Una de ellas era una joven con un pequeño bebé en sus brazos que reclamaba con gritos de desesperación la atención de los patrulleros. Su hija de apenas 14 meses tenía los ojos cerrados, no tenía pulso, no respiraba, no reaccionaba a los estímulos. A su alrededor todo eran voces angustiadas y nerviosismo.
"Nos pedían que llevásemos al bebé al hospital, nos decían que no podía respirar", señalaba este jueves Antonio Pacheco. Pero la situación no admitía esperas. El pequeño cuerpo inerte presentaba signos de afixia. Se requerían soluciones inmediatas. Había que tomar decisiones. Así, mientras su compañero solicitaba la asistencia de los servicios médicos a través de la Sala del 091, la agente Azahara López tomaba a la pequeña en sus brazos, la colocaba bocabajo sosteniendo con una mano su mandíbula mientras con la otra comenzaba a palmear suavemente su espalda entre sus minúsculos omoplatos, practicando la denominada "maniobra de Heimlich" para intentar eliminar la obstrucción de las vías respiratorias.
"De repente la niña hizo una especie de ronquido y empezó a expulsar flemas que le retiramos de la boca con los dedos, entonces noté como su pequeño pecho comenzaba a moverse de nuevo, volvía a respirar", señalaba hoy con emoción la agente López. La maniobra había surtido el efecto deseado y en un momento la bebé había vuelto a la vida.
El nerviosismo del momento se transformaba en emoción. "Le dimos la vuelta a la niña y empezamos a hacerle un masaje cardiaco mientras intentábamos tranquilizar a los padres y aguardamos unos minutos la llegada del personal médico, la verdad es que fue todo muy rápido", aseguraba Azahara López durante la rueda de prensa en la que los protagonistas de esta historia feliz estuvieron acompañados por otros compañeros que también acudieron a la llamada de socorro y trabajaron de forma coordinada en el dispositivo de socorro que esta vez concluyó de la mejor forma posible.
Tras casi veinte minutos de atención en la ambulancia para estabilizar su pequeño corazón y sus constantes vitales la bebé fue trasladada al hospital Infanta Margarita de Cabra para ser sometida a un reconocimiento más profundo.
La Policía ha destacado que la actuación de los servicios policiales y sanitarios fue "rápida y efectiva", logrando salvar la vida de la niña, que tras pasar varias horas en el hospital fue dada de alta en perfecto estado. El viernes esta pequeña sin nombre volvió a nacer gracias a la sangre fría y profesionalidad de todos ellos. Sus padres nunca podrán mostrarles todo el agradecimiento que cabe en sus corazones.