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Me acerco a vosotros, en estas fechas tan especiales, haciéndome eco de un mensaje de esperanza que nos brinde de nuevo la ocasión de afrontar los retos futuros con optimismo, con ilusión y con la certeza de que juntos seremos capaces de hacer frente a las dificultades que se nos pueden presentar. Formamos parte de una sociedad emprendedora, dinámica, abierta y solidaria. Esos valores, irrenunciables, que nos son, sin duda, inherentes, han de ser garantes de una nueva etapa que está por venir, de justicia social, de cohesión territorial y de progreso que propicie la diversificación productiva, la innovación y la gestión de nuevos y mejores recursos.
Nos disponemos a vivir unos días en los que poder disfrutar de las pequeñas cosas, de potenciar lo mucho que nos une, y soslayar aquello que nos pueda separar, un periodo de cambios y propósitos; un periodo, si quieren, de reflexión para definir modelos diferentes, para mirar al futuro con decisión y con voluntad de transformar el presente.
La Navidad es también un momento para recordar que no estamos solos, es tiempo de familia y de amigos, pilares fundamentales en el modelo de sociedad actual y esenciales para afrontar la durísima crisis económica en la que estamos inmersos, con entereza, con capacidad y posibilidades de respuesta..., con confianza y la seguridad de que en este reto, siempre comprometido y complejo, no estamos solos. Se ha dicho y hago mías tales reflexiones, que la familia constituye el eslabón de referencia para quienes la forman, atendiendo así sus necesidades afectivas, materiales y sociales.... Es tiempo también para recordar a las personas que ya no están entre nosotros y que tanto hicieron por procurar nuestro bienestar y el de nuestras familias; y de disfrutar con más intensidad si cabe, de nuestros mayores y de quienes día a día nos acompañan y nos estimulan en nuestro quehacer diario.
La Solidaridad con quienes no tienen a nadie, con quienes no tienen nada, con los que padecen enfermedad, con las víctimas de violencia de género, con los sufren discapacidad, con los que han perdido su empleo, con las familias que pasan dificultades cada día para salir adelante, con los que sufren exclusión social, es sinónimo también de generosidad y entrega; por ello, estoy plenamente convencido de que esta lucha desigual la hemos de afrontar desde la unidad, en el sentido amplio del término; y el ámbito político, no puede permanecer ajeno, todos los partidos han de ser generosos en su compromiso con la sociedad actual, han de abrir nuevas expectativas de acuerdo y diálogo, convencido de que ése será un camino hacia el progreso y el bienestar colectivo que todos anhelamos y perseguimos. Nos queda mucho trabajo por hacer y muchos sacrificios por asumir, y lo haremos con esperanza e ilusión, sabedores de que hemos sido capaces, en ocasiones precedentes, de sobreponernos a las adversidades; y estos momentos, así como el terrible revés que nos atenaza, no serán una excepción.
Ciertamente, puede entenderse como algo paradójico hablar de felicidad, o de fiesta, cuando nos enfrentamos a tiempos difíciles, de desazón, de inquietud y de angustia; pero por mucha confusión que pueda generar, no es inoportuno pensar en que sí es posible hallar estímulos para favorecer la actividad económica, para gestionar un nuevo proceso de cambio social; y que ello se ha de conseguir, desde la base de la cohesión y la participación colectiva; encontrando así, razones que nos hagan vislumbrar motivos para el optimismo, por complicado o imposible que pueda resultar.
Quiero dirigir palabras de aliento y gratitud a todas aquellas personas que de manera altruista y generosa trabajan para quienes les rodean, para los más necesitados, para quienes padecen de manera brutal las terribles consecuencias de esta crisis que ya dura demasiado tiempo y tanto daño está haciendo en nuestra ciudad. Palabras de ánimo hacia todos aquellos/as que, a pesar del momento tan comprometido y delicado por los que atravesamos, siguen apostando y afanándose por la creación o consolidación de empleo y en las personas que como trabajadores corresponden a ese esfuerzo.
Mi más sincero agradecimiento, pues, a las distintas Cáritas Parroquiales, a la Asamblea Local de Cruz Roja y a tantos colectivos, asociaciones, empresas y particulares, cuya lista sería interminable, que han participado en la recogida de alimentos para los más necesitados y que lo hacen a lo largo de todo el año, en una labor callada y constante. Ése modelo de conducta ha de servirnos de ejemplo para que todos/as continuemos afanándonos en reforzar los servicios sociales comunitarios, para intentar llegar a todos los ciudadanos necesitados, para evitar toda clase de exclusión, siempre injusta e injustificable.
Quiero transmitir un mensaje de ánimo y optimismo hacia nuestros jóvenes, animándoles a que se impliquen en la medida de lo posible, en ampliar sus posibilidades de formación, en afanarse en la participación de eventos, de actividades culturales o dinamizadoras del espíritu emprendedor que les caracteriza. Ellos son los auténticos valedores del futuro que deseamos para nuestra ciudad, y que hemos de forjar con su implicación, con su esfuerzo, con su tenacidad y perseverancia.
Saldremos reforzados de todo este escenario de fatalidad económica que venimos padeciendo en los últimos años, y a ello me dedicaré, junto con el equipo de gobierno y miembros de la Corporación Municipal, en el ámbito que nos corresponde, con ilusión, con energía, con honestidad y con decisión.... Y hemos de hacerlo desde la austeridad y la atención a los servicios sociales y áreas que conforman y definen el estado de bienestar, hemos de mejorar los servicios básicos que prestamos, de hacer un ejercicio claro de acercamiento a nuestros vecinos/as para comprender y aceptar sus necesidades e inquietudes, y desde esa perspectiva intentar dar respuesta adecuada. En esa tarea, desempeñan un papel fundamental los trabajadores municipales, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, colectivos sociales, educativos y asistenciales; de ahí mi agradecimiento por el interés y el celo que prestan en el ejercicio de sus obligaciones y compromisos al servicio de la ciudadanía, ya que sin ellos este trabajo resultaría totalmente infructuoso.
Envío, finalmente, un saludo cordial y afectuoso a todos los lucentinos/as que residen fuera esta hermosa tierra de la Subbética cordobesa y que la llevan en su corazón; saludo que hago extensivo a todos los ciudadanos/as, manifestando que comparto vuestras ilusiones, vuestras expectativas, vuestros objetivos y vuestros proyectos. Os deseo también una feliz Navidad y un Nuevo Año que se sustente en un camino de esperanza, ilusión y progreso colectivo que permita el bienestar social y el desarrollo sostenible de nuestros municipios y provincias, que colme cuantos deseos abrazáis y que os aporte plena confianza en un futuro que tiene que ser, que ha de ser, prometedor.
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