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Las primeras lluvias de la temporada han traído también los primeros problemas en lo que a corte de carreteras e incidencias se refiere. Los más de 30 litros por metros cuadrado que han descargado sobre algunas zonas de Lucena durante la noche, casi de forma ininterrumpida, han hecho que a las 9:30 horas estuviese cortado al tráfico rodado el camino de Torremolinos, situado junto a la carretera de Cabra. Según indicó a LucenaHoy la concejal de Seguridad Ciudadana, Mar Morales, que esta mañana realizaba una ronda por los puntos más conflictivos ante la lluvia del trazado urbano lucentino, "en el camino de Torremolinos están funcionando bien las nuevas infraestructuras, aunque en algunos momentos puntuales se ha desbodado la canalización provocando encharcamientos que han aconsejado el corte provisional del mismo sin que, por el moemento, se tenga noticia de inundaciones en ninguna de las naves de la zona".
La otra carretera secundaria cortada era la del Pilar de la Dehesa, donde el arroyo, se ha desbordado como queda patente en las imágenes que acompañan esta información, ocupando la carretera en un tramo de unos treinta metros y dejando sobre la calzada un barro muy escurridizo.
El oro punto conflictivo a primera hora de la mañana se localizaba en la carretera nacional 331, en la zona de Las Palomas. Allí la presencia de barros provocaba el corte al tráfico de la vía de servicio a la altura de Muebles Torres y Gutiérrez y, según Morales, se estaba analizando la posibilidad de proceder al corte de la carretera nacional, "al detectase también barro, que puede dificultar la conducción", aunque finalmente no fue necesario. A las 10:30 horas medios mecánicos aún continuaban trabajando en los arcenes y retirando la gran cantidad de piedras y barro arrastrados por las escorrentías, de lo que da fe el reportaje gráfico.
Respecto al río Lucena, Morales indicó a este periódico que "todo está funcionando con normalidad y pese a la luvia continuada de momento no hay ningún problema" aunque el caudal del río ha crecido considerablemente respecto a lo que venía siendo tradicional en las últimas semanas, como queda de manifiesto en las imágenes del Puente de Cabra, donde el agua llegó a estar a apenas medio metro de su tope de evacuación, o del Puente de las Fontanillas. En el primero de ellos puede haber sido fundamental para evitar problemas mayores el trabajo realizado desde la delegación municipal de Agricultura en los últimos días para la limpieza de las riberas y la eliminación de la maleza y los cañaverales. Finalmente, en el Cascajar, el río ha llegado a desbordarse, aunque poco a poco fue bajando el caudal.
Por otra parte, los bomberos han realizado distintas salidas a lo largo de la mañana, en su mayoría por problemas derivados del atasco de bajantes en edificios urbanos tras la prolongada sequía, aunque no hay noticia de inundaciones graves, salvo la entrada puntual de agua en alguna nave o sótano.
Finalmente, la lluvia ha hecho que el tráfico rodado en el centro de la ciudad se incremente notablemente a primera hora de la mañana, y en distintas zonas se han producido grandes embolsamientos de agua que han dificultado el tránsito.
En el lado positivo, las lluvias llegan en un momento óptimo para que la aceituna, cuyo crecimiento estaba muy atrasado por la prolongada ausencia de precipitaciones de los últimos meses, obtenga su grado de maduración adecuado y un mayor peso a escasas semanas del inicio de la recogida.
La situación comenzó a normalizarse durante la tarde.
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