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Lafalta de confianza en los valores bursátiles ante la inestabilidad delos mercados y el miedo a caer nuevamente en la recesión económica sies que alguna vez en estos últimos años hemos salido de ella hareforzado en las últimas semanas el valor del oro, que ha superadorecords y se ha convertido en valor-refugio para los inversores.
Lafiebre del oro ha llegado progresivamente a cada pueblo y ciudad. Así,también Lucena han visto como sus calles se ven cada vez mássalpicadas de establecimientos que anuncian que allí secompra oro. Yes que este metal no sólo es oportunidad de negocio para unos, sinotambién la respuesta a muchasoraciones para otros.
Lafalta de liquidez en las familias obliga a tirar de alhajas, bienparallegar a fin de mes, bien para permitirse algún capricho que ya no cabe en el presupuesto. Al calor de este interés se han reproducido en la ciudad los negocios que adquieren oro al instante. Tanto, que en apenas unos meses hemos pasado de dos o tres locales a una decena deestablecimientos, sumándose a la moda algunas joyerías de toda la vidaque, a falta de ventas, buscan el negocio en la compra, que ya seextiende no sólo al oro, sino también a la plata.
Laproliferación de estos establecimientos ha atomizado el'pastel' comercial y esto, unido a la subida experimentada por el oro en losmercados internacionales, está haciendo que crezca la competencia y conello, el precio que estos comercios pagan por cada gramo de oro enventa. Esta misma semana algunos establecimientos ofrecían hasta 22 euros por gramo de oro de 18 kilates, como oferta limitada a unos gramos, aunque la media está bastante por debajo de ese precio.
Elresponsable de uno de los establecimientos del sector más conocidos dela ciudad, ha señalado a LucenaHoy que "esto siempre ha existido,incluso en tiempos de abundancia, aunque ahora, con la crisis, haaumentado el numero de tiendas y la agresividad de su publicidad". Noobstante, este empresario, que no ha querido revelar su nombre, aseguraque "las nuevas tiendas, salvo excepciones, cerrarán al mismo ritmo quehanabierto cuando el negocio deje de ser rentable".
Peromientras llegan esos tiempos rara es la semana que no encontramos en lacalle octavillas anunciando la entrada en el mercado de una nuevatienda. "Fruto la creciente competencia y de los anuncios que augurangrandes ingresoso ahora quien desea vender una pieza de oro consulta yse lo piensa enlugar de decidirlo en el momento, como lo hacía antes",asegura nuestro interlocutor.
Preguntadopor el perfil de la clientela, nos indican que "No existe perfilconcreto, y, aunque la mayoría son personas que necesitan urgentementedisponer dedinero líquido para lo más básico o para responder a unpago inexcusable, hay también jóvenes de apenas 20 años quevenden susregalos de Comunión porque no se los han puesto nunca e incluso quienesvenden algunas joyas antiguas para irse devacaciones o comprarse uncapricho". Entreeste batiburrillo destaca un grupo especialmente dado a estas transacciones, los inmigrantes. Y es que en Sudamérica y Rumanía, sobretodo,están mucho más acostumbrados a comprar para vender en tiempos de estrecheces. Igual que ocurría antaño en España.
En cuanto a la tasación, para calcular el valor de las piezas de oro, estos establecimientostienen en cuenta dos aspectos: la pureza, que se determina mediente una sencilla operación, y el peso de la joya. Pese a que el mercado del oro es transparente, ya que cotiza a diario enLondres, los precios que establecen estas tiendas difieren mucho de lacotización de esta plataforma. La justificación está en las tasasde intermediación y corretaje que aplican y en la posterior necesidad de transformar esas joyas en lingotes. Al no ser un negocio regulado, los precios son dispares. No obstante, y aunque los precios pueden fluctuar en función del mercado, el gramo de oro de 24 quilates se paga en estos establecimientos en torno a los 24 euros. Sitiene 22 quilates, suele llegar a los 20 euros. El gramo de 18 quilates lo pagan a unos 16euros, y de 14 a 9 quilates oscila entre 14 y 8 euros. por gramo Deacuerdo con estos parámetros, una pulsera de 10 gramos de oro de 24 kilates podría reportar unos 230 euros.
Normalmente las cotizaciones se sitúan en torno a un 30% por debajo del precio del mercado de Londres, donde este metal cotiza a diario. En él, el precio del metal precioso se estima en onzas(equivalente a 28,34 gramos). Tras la revalorización de las últimas semanas, el precio de una onza de oro llegó a cotizarse hasta a 1.881,40 dólares el viernes, día 19 de agosto.
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