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La pedanía de Jauja sigue pendiente del río Genil. Una semana después de los primeros desembalses desde el Pantano de Iznájar, los habitantes de la zona baja de esta pedanía lucentina siguen acostándose cada noche con el temor de ver sus viviendas inundadas por un cauce que desde hace casi diez días mantiene inundados los sótanos de media docena de viviendas cercanas al río, el campo de fútbol, la aceña árabe y el paseo de ribera de la aldea.
El Genil no ha dado tregua, oscilando su altura diez o veinte centímetros arriba o abajo, según el día, manteniendo en vilo a la población y convirtiendo sus calles y las de la vecina localidad sevillana de Badolatosa en un plató por el que pasan a diario todas las televisiones nacionales.
El ayuntamiento de Lucena mantiene un plan de vigilancia del cauce y otro ante una eventual necesidad de evacuación de la población, que incluye su alojamiento en hoteles de la zona. Desde la pedanía lucentina se considera que este nucleo de población podría soportar un desembalse de hasta 200 metros cúbicos por segundo sin ocasionar daños graves, por lo que hay todavía un margen de seguridad. En este sentido el alcalde pedaneo, Rafael Gómez, ha indicado que "con más agua posiblemente se inunden los jardines cercanos al río, y ya hemos trasladado el consultorio médico en previsión de que siga subiendo el nivel".
Durante toda la semana pasada el pantano de Iznájar ha estado desembalsando 151 metros cúbicos de agua por segundo, cantidad que solo ayer se situó por debajo de 120, aunque el embalse sigue estando por debajo del 98% de su capacidad y un nuevo episodio de lluvias contiuadas podría tener un efecto devastador, obligando a aliviar una cantidad de agua muy superior a la actual.
El presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), Manuel Romero, ha anunciado actuaciones sobre el cauce. Tras una reunión con el alcalde de Badolatosa, Antonio Manuel González, Romero ha destacado la "importante" función que ha desempeñado durante estos días el embalse de Iznájar, pues sin la existencia de dicha infraestructura se hubiera superado en la zona un caudal de 300 metros cúbicos por segundo, lo que supone el doble del caudal circulante en estos últimos días.
Según Romero, después de que el pantano de Iznájar, el segundo más grande de Andalucía, estuviese al límite de capacidad, los desembalses han permitido también que baje hasta el 98,2 por ciento, por lo que en estos momentos dispone de un resguardo de casi 20 hectómetros cúbicos, lo que permite afrontar nuevos episodios de lluvia con mayor tranquilidad. Romero ha recordado que el embalse de Iznájar recibe el agua procedente de una extensión de aproximadamente 5.000 kilómetros cuadrados en la zona menos regulada de la cuenca del Guadalquivir, pero una vez recuperado algo de resguardo en este embalse la CHG ha comenzado este martes a reducir el caudal desaguado de estos últimos días.
Romero ha anunciado que los servicios técnicos de la confederación van a iniciar de manera inminente un estudio para analizar la situación de determinados núcleos de población situados en la ribera del Genil con el fin de mejorar la capacidad de desagüe y de lograr encauzamientos en sitios puntuales que puedan vehicular caudales de hasta 200 metros cúbicos por segundo.
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