El pasado día 29 de marzo se cumplía un mes desde la desaparición de Pedro Mayorgas, el vecino del barrio de La Calzada de 83 años de edad. Desde entonces se han sucedido las batidas por tierra y aire en distintos puntos de la ciudad, con la participación de centenares de voluntarios, efectivos y especialistas de distintos cuerpos policiales, sin que se hayan encontrado pistas que permitan llegar a su paradero o, al menos, construir un relato fiable de lo que ocurrió ese jueves, 29 de febrero, cuando se le vio por última vez. Paralelamente, se mantiene activa una investigación de la policía judicial de la que no hay noticias, al mantenerse el secreto de sumario por parte del juzgado que entiende del caso. El conjunto de la sociedad lucentina sigue consternado por este suceso, por el momento sin respuesta. La angustia por la falta de noticias de Pedro es mayor en la familia, que solo pide que el interés por el caso no se diluya en el tiempo, que se mantenga la investigación hasta dar con su paradero, mientras mantiene un hilo de esperanza en poder volver a abrazarlo. Así nos lo ha contado su nieto, Antonio Mayorgas, abogado, que desde el primer momento ha actuado como portavoz de la familia e interlocutor con la investigación.
– Ha pasado más de un mes desde la desaparición de Pedro Mayorgas. ¿Cómo está viviendo la familia esta situación de ausencia de información sobre su paradero?
– Sí, como ha dicho, se cumple más de un mes de su desaparición y sin tener ninguna noticia. Al final, después de toda la movilización, de toda la implicación por parte de tanta gente, no tener noticias, ninguna novedad, ninguna pista o indicio, genera un estado de mayor ansiedad, más desesperación y un agotamiento que, al final, conforme pase el tiempo, creo que es peor.
– ¿Qué les traslada la Policía Nacional que dirige la investigación?
– Lo que la Policía Nacional nos traslada es que están trabajando, que mantienen varias líneas de investigación abiertas, que siguen movilizados, empleando medios. Es lo poco que nos pueden decir,. Tampoco pueden darnos más detalles, ya que sigue decretado el secreto del sumario y se puede generar un perjuicio a la investigación. Yo tengo contacto continuado con los responsables de policía judicial que llevan el tema y me trasladan eso, que estemos tranquilos en la medida de lo posible, y que sepamos que la desaparición de mi abuelo sigue siendo un tema prioritario para ellos.
– La población de Lucena se volcó desde el primer momento con las tareas de búsqueda ¿Cómo han sentido ese aliento de la sociedad lucentina?
– Lo he dicho siempre. Solo podemos agradecer la gran implicación que ha habido por parte de vecinos, amigos, conocidos e incluso desconocidos, gente de fuera de Lucena, que se ha involucrado en hallar una pista, algo que pueda servir para encontrar a mi abuelo, en las distintas jornadas de búsqueda que se han organizado. Al final las sensaciones son de que se ha hecho todo lo posible en cuanto a búsqueda de campo y no hemos encontrado nada.
"Solo podemos agradecer la gran implicación de vecinos, amigos, conocidos e incluso desconocidos, gente de fuera de Lucena, que se ha involucrado en hallar una pista, algo que pueda servir para encontrar a mi abuelo"
– La familia siempre ha mantenido que Pedro no se marchó de forma voluntaria y hay terceras personas implicadas en su desaparición. ¿Siguen manteniendo esa idea?
– Yo lo dije desde el primer momento y lo mantengo, porque realmente no ha cambiado nada desde que se inició la investigación y la búsqueda. No es porque tenga sospechas, indicios o deseo de señalar a alguien, sino simplemente porque lo conocemos, sabemos su forma de ser, sabemos cuál era su rutina y no nos cuadra que se haya ido voluntariamente o que se haya perdido. La participación de terceras personas en su desaparición es una hipótesis más que desde el principio hemos mantenido y, a día de hoy, sigue ahí, porque nada ha aportado la investigación que nos haga pensar otra cosa.
La policía, desde primera hora, ha insistido mucho en que les trasladáramos cualquier información sobre su círculo de amistades, sobre los establecimientos en los que se movía, cuáles eran sus pasos diarios. Lo he dicho muchas veces, era una persona muy solitaria, muy independiente y no tenía círculos de amistades. No era una persona que se relacionase con mucha gente, era muy rutinario, sus movimientos eran muy cortos y por la zona del barrio donde él vivía. Ha sido complicado porque no hay nada de lo que tirar.
"Te planteas todas las posibilidades, te pones siempre lo peor, pero quién sabe si podemos encontrarlo bien. Todas las hipótesis están abiertas"
– ¿Teméis que con el paso de los días se vaya apagando el interés por mantener todos los esfuerzos por encontrar a tu abuelo Pedro?
– Es lógico que poco a poco se vaya diluyendo el tema. Ha sido un mes en el que tanto por parte del voluntariado civil, de la familia y de la investigación se ha trabajado mucho para encontrarlo. Pese a la alta implicación de todos, no se ha obtenido nada. En ese sentido, es normal que también baje un poco la intensidad de la búsqueda y la esperanza de encontrarlo. Desde el ámbito policial nos transmiten que siguen investigando. No obstante, entiendo que al final aparecen nuevos casos, hay nuevos asuntos que tratar y es lógico que la intensidad con la que se busca, se trabaja y se moviliza no sea la misma que los días en los que se desapareció.
– Antonio, ¿seguís manteniendo la esperanza de encontrar a tu abuelo sano y salvo?
– Hombre, al final es una posibilidad más dentro de todas las que hay. Es cierto que ha pasado mucho tiempo sin noticias de su paradero. Te planteas todas las posibilidades, te pones siempre lo peor, pero quién sabe, quién sabe si podemos encontrarlo bien. Al final todas las hipótesis están abiertas, no se ha encontrado nada que nos haga descartar esa opción. ¿Por qué íbamos a descartarla a nosotros? Mantenemos viva la esperanza, al menos de encontrarlo.