El inicio de un nuevo año siempre trae consigo una sensación de renovación, un lienzo en blanco para establecer metas y retos personales. Los propósitos de Año Nuevo nos invitan a reflexionar sobre quiénes somos y quiénes queremos ser, impulsándonos a crecer y mejorar.
Desde hábitos más saludables hasta proyectos pendientes, estos compromisos simbolizan nuestra capacidad de cambio. Sin embargo, más allá de la lista de objetivos, lo importante es mantener la constancia, celebrar los pequeños avances y ser amables con nosotros mismos en el proceso.
Cada propósito es una oportunidad para empezar de nuevo, demostrando que, con esfuerzo y motivación, un año puede ser el comienzo de una versión mejorada de nosotros mismos.
Nos hemos acercado a la Clínica Marín Lara para hablar sobre este tema con la psicóloga clínica y de la salud Conchi Marín, que destaca, pese a todo, que el porcentaje de abandono de estos buenos propósitos es muy elevado. En ello influyen varios factores:
- Los propósitos no eran realistas, más bien eran deseos que no se basaban en las necesidades auténticas de la persona, ni en sus posibilidades actuales de llevarlas a cabo.
- Las listas de propósitos a veces son demasiado extensas, de manera que exceden la capacidad del cerebro de focalizarse, ya que podemos atender a pocas cuestiones al mismo tiempo.
- Suele faltar un ejercicio de conciencia que dé fuerza al propósito, de manera que se convierta en un firme compromiso con uno mismo.
No importa que hayan transcurrido varios días desde que empezó el año, según la psicóloga,"aún estamos a tiempo de formular nuestros propósitos y comprometernos con ellos".
Desde Clínica Marín Lara nos dejan algunos consejos sobre cómo hacerlo:
- Dedica un tiempo de calma y relajación a solas para reflexionar qué es lo que realmente necesitas cambiar en este 2025, qué es prioritario para ti.
- Piensa en qué recursos personales y ayudas externas vas a necesitar utilizar para realmente conseguir esos cambios.
- Valora si esos recursos y ayudas están a tu alcance, y si el propósito es lo bastante importante como para darle prioridad a la obtención de los mismos.
- Cuando tengas claros uno, dos o tres propósitos, no más, y estés concienciado a darles la máxima prioridad este año, haz un ritual en el que simbólicamente firmas un compromiso contigo mismo.
"Este lunes 13 o martes 14 es un día perfecto para hacer el ritual de compromiso con tu propósito porque es luna llena", señala Conchi Marín, que añade que nuestro cerebro funciona mucho mejor con lo simbólico que con la pura lógica.
"Desde siempre las fechas señaladas y los eventos astrológicos han ayudado a nuestra mente a programarse de forma positiva: hacer ritos de paso, firmar acuerdos, tomar conciencia de nosotros mismos, sentirnos fuertes para luchar, prepararnos para lo que se viene. Aunque nos creamos demasiado razonables y científicos para tener en cuenta nuestro lado simbólico y espiritual, la realidad es que nuestro cerebro es más intuitivo que lógico", afirma Conchi Marín.
Por lo tanto si damos de lado nuestra capacidad simbólica-ritualista nos sentiremos mucho más inseguros, tendremos peor salud, y nos costará mucho más hacer cambios y mejorar.
El ser humano se mantiene sano en la medida que se organiza en torno a rutinas y pequeños rituales (como el de levantarse por la mañana y el de irse a dormir) que proporcionan al sistema nervioso un mensaje de seguridad que es muy beneficioso.
Así que si ya empiezas a olvidar tus propósitos de año nuevo, aún estás a tiempo de comprometerte firmemente con ellos. Elige un día en que te resulte fácil dedicar un tiempo a hacer esta toma de conciencia que ella propone.
Por último, nos anima a todos a confiar en que podemos lograr lo que nos propongamos si lo hacemos con plena conciencia e intención.