En el último pleno municipal, Ciudadanos interpelaba al concejal de Obras y Servicios Operativos, Javier Pineda, sobre el paradero de las históricas farolas de forja la Plaza Nueva, retiradas en torno a 2006, con motivo de las obras de construcción del aparcamiento subterráneo de la Plaza Nueva y de las que nunca más se supo.
A falta de una investigación más pormenorizada a la que no renunciamos, nos ha parecido interesante seguir la presencia de esas seis airosas farolas en fotos de nuestra ciudad, en lo que supone, de hecho, un recorrido por los cambios que ha sufrido la Plaza Nueva a lo largo de los últimos cien años.
Partimos de esta foto que debe pertenecer a los años 30. Es el antiguo ayuntamiento, pero junto al mismo figura ya la torre del reloj, construida en 1928. En el centro de la Plaza Nueva, rodeada de naranjos desde finales del siglo XIX, vemos el kiosco de música y se observan tres farolas de forja alineadas en el centro de la plaza, aunque no son las que buscamos, que debieron incorporarse en una remodelación de este espacio público en los años siguientes.
Entre las fotos más antiguas donde se aprecia la presencia de las farolas que nos ocupan se encuentra esta. Se observan el antiguo reloj que el ayuntamiento de Lucena endosó junto al campanario de San Mateo o la iglesia del convento de San José de Carmelitas Descalzas, a la izquierda, ambos desaparecidos. La Cruz en la fachada de San Mateo apunta a que la foto debió ser tomada en la década de los 40. Aparecen las farolas, aunque dispuestas a ambos lados de la plaza. Hasta el momento no hemos podido saber la fecha concreta de su colocación o el artesano de la forja o empresa que las construyó, pero la imagen deja constancia de su presencia.
En la siguiente vista, bastante posterior, podemos observarlas mejor. Tenían cuatro brazos, compuestos por hermosos elementos de forja, y cinco luminarias, una en cada brazo y otra arriba, en el centro, y se disponen tres a cada lado de la plaza. La foto presenta la peculiaridad de una Plaza Nueva sin naranjos, en lo que parece un replantado o reorganización de los mismos, que tampoco sería la última.
La de abajo es ya una foto de los primeros años del siglo XXI. En 1997 se realizó una reforma de la Plaza Nueva en la que se eliminó el antiguo pavimento de losa hidráulica y se reemplazó con granito. La remodelación, que se mantuvo solo unos años, incluyó la sustitución de todo el mobiliario urbano, aunque se mantuvieron las farolas, eso sí, muy modificadas, perdiendo dos de sus brazos y tres de sus luminarias originales. Aquí las farolas aparecen ya alineadas en uno de los laterales. Al otro lado se instaló una pérgola de estilo moderno con su propia iluminación.
Esta última imagen pertenece a las obras del aparcamiento de la Plaza Nueva, iniciadas en 2006, cuando las farolas fueron retiradas y, parece, que trasladadas a la explanada de los Depósitos de Agua de La Calzada, que, por aquel entonces, hacían las veces de depósito municipal de este tipo de elementos.
Nada se sabe desde entonces de las farolas, testigos mudos de tantos momentos históricos de nuestra ciudad desde su ubicación en el centro neurálgico de la misma, poniendo un poco de luz al devenir de varias generaciones de lucentinos, entre los dos edificios más importantes de Lucena, el Ayuntamiento y la parroquia de San Mateo.
El grupo municipal Ciudadanos señalaba en el último pleno que no consta que las mismas fuesen reutilizadas en otro punto de la ciudad –práctica habitual con otros elementos de mobiliario urbano– y tampoco está inscrita su venta en ningún expediente municipal. Así las cosas, todo apunta a que las mismas fueron desechadas como mobiliario inservible en alguna limpieza o incluso sustraidas, sin que haya quedado constancia de su pérdida. Ciudadanos pedía el pasado miércoles "que se investigue su paradero, se depuren responsabilidades si las hubiera y se recuperen si están en un lugar en el que no debieran estar". El responsable de Obras, Javier Pineda, confirmaba que sus indagaciones sobre el paradero de las farolas acaban en el mismo punto y apuntaba que será difícil saber más de algo que debió ocurrir hace bastantes años. Es, lamentablemente, la suerte que han sufrido muchos elementos del patrimonio local.
Como decíamos en nuestro título, es esta una historia incompleta de unas farolas que hoy serían casi centenarias. Si conoces algún dato para enriquecerlo como la fecha de su instalación, su autor o cualquier otra cuestión relativa a su paradero... escríbenos y lo incorporaremos.