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Con el objetivo de ganar la confianza de los mercados, para que los Estados puedan financiarse con tipos de interés más bajos y reducir los niveles de déficit y deuda pública, desde mayo de 2010 las instituciones de la UE están imponiendo políticas de austeridad, ajustes presupuestarios, recortes sociales y las reformas estructurales especialmente en los mercados laborales. Pero estas políticas han demostrado ser un autentico fracaso:
Las crisis de la deuda soberana se han extendido alcanzando a países como España, Italia e incluso Francia al tiempo que se ha agudizado disparándose la prima de riesgo, duplicándose para España y multiplicándose por cuatro en el caso de Francia.
| Comparación de la prima de riesgo: Mayo 2010/ Febrero 012 | ||
| País | 31/05/2010 | 27/02/2012 |
| España | 159,8 | 316 |
| Italia | 148,4 | 358 |
| Francia | 26,1 | 107 |
| Fuente: datosmacro.com | ||
Los objetivos de reducción del déficit tampoco pueden cumplirse por muy drásticos que sean los recortes presupuestarios. España debe reducir en aproximadamente el 3,8% su déficit en 2012 para alcanzar, en un entorno de recesión económica, el objetivo marcado del 4,4%. Italia, en dos ocasiones, e Irlanda son las dos únicas economías desarrolladas que en toda la historia han logrado reducir su déficit en más de cuatro puntos porcentuales en un sólo año con medidas de ajuste. Así el presidente del gobierno ha pedido más tiempo para la reducción del déficit con la negativa de la UE, hasta la revisión de los presupuestos del 2012.
Los daños colaterales de estas políticas son dramáticos: se ha pasado de la recuperación de la economía a una nueva recesión en toda la UE. España con 5,3 millones de parados, la cuarta parte de la población sumida en la pobreza y el aumento galopante de las desigualdades sociales se encuentra, en los tres indicadores, entre los cinco peores países de la UE.
Las instituciones europeas, en lugar de reconocer el fracaso de sus políticas y rectificar, las quieren consagrar en un nuevo Tratado para la gobernanza económica. Pero el nuevo Tratado sólo habla de cómo imponer la más estricta disciplina presupuestaria y de cómo arrebatar nada menos que la soberanía presupuestaria a los Estados para dársela no al Parlamento Europeo ni al Consejo, sino a funcionarios de la Comisión.
Ante esta situación la Confederación Europea de Sindicatos (CES) convoca una Jornada de Acción Europea en defensa del empleo, los servicios públicos y la justicia social. Con estas movilizaciones se reivindica:
Frente a la crisis de las deudas soberanas:
a. Reforma del Banco Central Europeo que permita la emisión de eurobonos. El BCE no puede comprar deuda soberana de los Estados como ocurre con los bancos centrales de Japón, EEUU o Inglaterra por ejemplo. Por consiguiente los Estados de la UE, para financiarse, tienen que recurrir principalmente a la intermediación de los bancos, que obtienen el dinero del BCE al 1% y lo prestan a los Estados a intereses muy superiores, ¡negocio redondo!, se lo llevan calentito.
b. Impuesto a las transacciones financieras y supresión de los paraísos fiscales.
c. Regulación del sistema financiero para que los poderes públicos gobiernen a los mercados y no al revés como hoy sucede.
Frente a la recesión económica y el paro:
a. Plan europeo de inversiones en economía sostenible.
b. Programa europeo de empleo juvenil.
c. Ampliación de los plazos para la reducción de los déficits públicos.
Frente a las contrarreformas estructurales:
Nuevo Contrato Social Europeo para renovar y reforzar los pilares del Modelo Social Europeo y preservar el Derecho Laboral y la negociación colectiva.
Frente al modelo antidemocrático del nuevo Tratado:
Gobierno económico de Europa que tenga también competencias sobre impuestos y persecución del fraude fiscal, que priorice el empleo y el crecimiento sostenible, que se ocupe de las políticas industrial, energética y medioambiental, y que responda ante el Parlamento Europeo.
Son muchos los expertos que avalan otra manera de hacer las cosas y que nos piden que nos revelemos ante una situación que está llevando a la miseria a muchos ciudadanos de esta opulenta UE.
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José Antonio Sánchez Jiménez
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