Empecemos por definir bien las palabras para que no llamar a engaño sobre lo que decimos.
Definamos primero, en el contexto de este escrito, la palabra política:
Según el diccionario de la RAE en su octava acepción es la actividad de quienes rigen o aspiran a regir los asuntos públicos.
Continuemos por la palabra decencia:
Según el mismo diccionario en su tercera acepción es la dignidad en los actos y en las palabras, conforme al estado o calidad de las personas.
Y por último la palabra oportunidad:
Que en la primera acepción del diccionario es el momento o circunstancia oportunos o convenientes para algo.
Pues bien, a la luz de estas definiciones, podemos calibrar en sus justos términos y una vez que la justicia ha archivado por irrelevante y falta de motivación, la denuncia que, por financiación ilegal, fue interpuesta por un concejal del Ayuntamiento de Lucena contra la Agrupación Municipal de Lucena del Partido Socialista Obrero Español personificada en su Secretario General.
A la vista de los fundamentos jurídicos que motivan el archivo de tal denuncia resulta evidente que el citado concejal no perseguía restaurar una legalidad dañada. Resulta obvio que el citado concejal, valiéndose de la política, aprovechando la oportunidad y olvidando la decencia procedió a interponer tal denuncia pensando exclusivamente en la futura rentabilidad electoral que pudiera obtener. Nada en defensa del bien común y sí mucho de narcisismo y ansias de protagonismo.
Sin embargo el citado concejal solo pudo disponer de la oportunidad por la acción de algunos "compañeros" de la Agrupación del PSOE Lucentino que, a sabiendas de la falsedad de tales acusaciones, no dudaron en entregar, en aras de conseguir por caminos torcidos lo que no pudieron conseguir por el recto camino de las asambleas y los votos, la documentación utilizada por el citado concejal para apoyar su denuncia, dado que, como es evidente, tal documentación no llego a sus manos por arte de birlibirloque.
Política, decencia y oportunidad utilizadas arteramente para, en pos del lucimiento personal en un caso y resentimiento por unas ambiciones frustradas en el otro, poner en almoneda la honorabilidad de las personas y de las instituciones y hacer prevalecer los espurios intereses de todos aquellos que con su conducta han quedado retratados.
Denunciemos y desterremos estas prácticas y hagamos verdadera Política con la Oportunidad y la Decencia inherentes a las personas de bien.
Juan M. Roldán
Secretario de Acción electoral del PSOE de Lucena