Esta tarde ha fallecido Manuel Lara Cantizani, concejal de Cultura y Turismo del Ayuntamiento de Lucena, tras una dura enfermedad que en los últimos meses le mantuvo alejado de la actividad pública.
Concejal del Ayuntamiento de Lucena, profesor, poeta, editor, activista y gestor cultural, Manolo Lara (Lucena, 1969) supo ganarse el cariño de buena parte de la sociedad lucentina gracias a su espontaneidad y energía, su carácter creativo e innovador, su tenacidad y capacidad de trabajo, su positividad y simpatía, convirtiéndose en una de las personalidades más queridas y significadas de nuestra ciudad.
Como político fue una de las caras más visibles del Ayuntamiento de Lucena desde el año 2007, cuando llegó la gestión municipal como integrante de la candidatura socialista, destacando por su dedicación permanente a las distintas delegaciones que le fueron encomendadas, relacionadas con ámbitos que le eran consustanciales, como la juventud, la cultura, el patrimonio, el turismo, el deporte o la innovación.
De su labor política cabe reseñar el impulso decisivo que dio como edil del consistorio lucentino a proyectos como la entrada de Lucena en la Red de Juderías de España, los fondos EDUSI Lucena Cohesionada, el segundo Plan Estratégico de la ciudad, junto a proyectos culturales y deportivos como el Botellódromo de las Palabras, la Media Maratón Ciudad de Lucena, la construcción del Auditorio Municipal o la candidatura de Lucena ante la Unesco como Ciudad Creativa de la Música.
Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Granada y profesor de Literatura, Manuel Lara compaginó su actividad política con la literaria y docente, traduciendo este binomio en un buen número de publicaciones protagonizadas por su alumnado, al que fue capaz de trasladar el gen creativo que llevaba dentro.
En el ámbito individual suyos son los poemarios Yo maté al cisne, 1994; Poemas adúlteros, 1996; Todo lo que sé de ti y otras mentiras, 1999; Incultura clásica, 2002; Versos, 2002; Los 4 elementos, 2004; El invernadero de nieve, 2007 y Catadora, su último trabajo, presentado hace solo unas semanas en la Biblioteca Pública Municipal en la que tanto tiempo paso como concejal de Cultura del Ayuntamiento de Lucena, convirtiéndola en foco cultural y de ocio para los más jóvenes a través del programa "El Botellódromo de las Palabras".
Igualmente extensa fue su labor como editor, como alma mater de colecciones de primera línea nacional e internacional como 4 Estaciones, Cosmopoética o, más recientemente, El Orden del Mundo, junto al también poeta Jacob Lorenzo.
Ni siquiera la enfermedad fue capaz de apartarle de esa labor, como lo demuestra la edición de Haikus del buen amor desde Lucena (y el mundo), 2018, en la que recogió las innumerables muestras de cariño en forma de haiku, su estrofa fetiche, recibidas durante su convalecencia y cuyos beneficios fueron donados a la Asociación Española Contra el Cáncer.
Amante de Lucena y de la Subbética, en las últimas semanas, casi un centenar de colectivos locales estaparon su firma en un documento para pedir que el Auditorio Municipal de Lucena, cuya puesta en marcha e inauguración también formó parte de su labor como gestor político, sea bautizado con su nombre en recuerdo de su persona.
Hoy ha muerto un lucentino ejemplar, una buena persona, un amigo que deja un recuerdo imborrable en la ciudad a la que tanto quiso y por la que trabajo y en quienes tuvimos la suerte de compartir nuestro tiempo con él. Descansa en paz Manolo.