Los alumnos del ciclo medio de Cocina y Gastronomía del IES Juan de Aréjula de Lucena realizarán las prácticas durante lo que resta de curso lectivo en las instalaciones de la Sala Gran Lucena. Finalmente será el propio departamento y el instituto quienes sufraguen con medios propios el coste del alquiler de las instalaciones. Así lo han confirmado hoy a este periódico fuentes de este centro educativo.
El pasado jueves el Inspector de zona de la Delegación Territorial de Educación ratificaba ante los alumnos y los padres de los mismos que la solución planteada desde la administración autonómica pasaba por el traslado a las instalaciones del IES Gran Capitán de Córdoba, dos días a la semana y en horario de tarde, opción rechazada por el alumnado, ante lo que se dejó vía abierta a encontrar unas cocinas alternativas, aunque dejando claro que la Junta no haría frente al pago de cantidad alguna por el uso de dependencias privadas.
Así las cosas, se mantuvieron contactos con una guardería cercana al centro y con varias empresas locales de catering y restauración, optándose por la sala Gran Lucena por ser la propuesta más favorable en precio, habida cuenta de que el arrendamiento deberá ser satisfecho desde el centro, que incluso se está planteando la posibilidad de organizar alguna actividad extraescolar para recabar fondos para este fin.
El centro dispone desde ayer de las llaves y este martes comenzará el traslado de todos los útiles necesarios para el normal desarrollo de las clases, que se iniciarán de forma inmediata con el objetivo de recuperar el mes de prácticas perdido desde que Educación decretara la imposibilidad de utilizar las instalaciones de la antigua Escuela de Hostelería y Turismo de interior.
El director y el profesorado de este ciclo formativo se han entrevistado a medio día de hoy con el alcalde de Lucena, Juan Pérez, y la edil de Educación, Encarnación Camacho. Más que una solución para lo que resta de curso, el objeto de este encuentro era el de obtener el compromiso municipal respecto a la inmediata resolución de los problemas estructurales que presenta el edificio de la avenida Blas Infante, de titularidad municipal pero cedido a la Consejería de Educación como sede de este ciclo formativo y de la Escuela Oficial de Idiomas, trasladada provisionalmente al IES Marqués de Comares.
La cuestión no es baladí. En el IES Juan de Aréjula se teme que una dilación en la resolución de los problemas de dicho edificio pueda devenir en la desaparición del ciclo de cara al próximo curso lectivo. Las obras deberían estar planteadas sobre el papel antes de que se inicie el próximo periodo de escolarización de cara al curso 2018-19, a finales de mayo. El alumnado teme que si no hay cocinas, Educación decida que tampoco haya ciclo, lo que obligaría al alumnado de primer curso a seguir sus estudios en otro municipio y supondría la desaparición de unas enseñanzas que gozan de un merecido prestigio en el ámbito de la hostelería de Lucena y su comarca, de donde procede buena parte de su alumnado y cuentan con un importante nivel de inserción laboral.
Según han indicado fuentes del Juan de Aréjula, el ayuntamiento está dispuesto a sufragar las obras, pero precisaría que los técnicos de la Delegación Territorial de Educación realizarán el proyecto para ganar tiempo y poder acometerlas lo antes posible para llegar con garantías al inicio del próximo curso.