A finales de 2014 se llevaba a cabo la licitación de las obras de remodelación de la calle Julio Romero de Torres, que junto al adoquinado de la misma y la dotación de nuevos servicios, incluían como aspectos más novedosos su ajardinamiento mediante la construcción de pequeños parterres, la plantación de algunos árboles y, sobre todo, la instalación de un jardín vertical de 250 metros cuadrados de superficie, rodeando las esquina suroeste y el lateral oeste del edificio del Ayuntamiento, llamado a conferir al mismo un aspecto renovado de modernidad e impacto visual.
El conjunto de la actuación fue adjudicada en 454.960 euros, muy por debajo de los 660.844 de la licitación y los trabajos finalizaron en 2015, siendo financiados a través del Proyecto de Regeneración Socioeconómica del Centro Histórico de Lucena, cofinanciado en un 80% por la Unión Europea, que completaba la remodelación del casco histórico de la ciudad.
PRIMEROS PROBLEMAS
Aunque la imagen inicial del jardín suponía un cambio radical respeto al aspecto original del edificio, los malos olores que desprendían en algunas épocas del año algunas de las casi 20 especies vegetales plantadas en el mismo pronto empezaron a generar las primeras críticas, que se fueron acentuando en los meses siguientes, a medida que el novedoso jardín hidropónico –la planta se desarrolla únicamente en agua, a la que se aplican todos los nutrientes necesarios– empezó a perder parte de su esplendor, se acentuaron los olores en el interior del ayuntamiento y en su entorno y se produjeron los primeros problemas de filtraciones de agua en la casa consistorial.
En abril de 2018, tras otro episodio de olor a "ajoporro" y una nueva inundación de las instalaciones municipales, el asunto llegó al pleno, solicitando algunos grupos políticos la retirada de este elemento decorativo. Sin embargo, el equipo de gobierno optó por mantenerlo, procediendo a la externalización del mantenimiento y la impermeabilización de la estructura de riego que, a priori, debía ofrecer "una garantía total de que no se producirán nuevas filtraciones".
El entonces edil de Urbanismo, José Cantizani, ya expuso en el pleno que el equipo de gobierno no estaba "obcecado" con mantener el jardín a toda costa, aunque otorgó "un voto de confianza a la nueva empresa" para intentar consolidar este elemento, indicando que en caso negativo "sería retirado".
¿QUÉ HACER CON EL JARDÍN?
Sobre el papel, a día de hoy, la intención del equipo de gobierno sigue siendo la misma. De hecho, en el presupuesto municipal de la corporación local para 2023 figura una partida de 60.000 euros para la renovación del jardín vertical, incluyendo la mejora del sistema de riego y la renovación de la cubierta vegetal con nuevas especies mediante cultivo hidropónico. No obstante, la última avería podría suponer un punto de inflexión en este tema.
Este domingo, César del Espino, responsable municipal de Servicios Operativos, señalaba a este periódico que "esta es la tercera avería importante que se produce en el sistema de riego, que, posiblemente, haya cumplido ya su ciclo de vida". Afirmaba el edil socialista, que "particularmente" cree que el jardín vertical "debería ser retirado", antes de acometer una reforma del mismo que podría suponer una cuantiosa inversión.
No obstante, fuentes del equipo de gobierno señalan que el debate no puede circunscribirse exclusivamente a decidir sobre el futuro del jardín, sino abordar un planteamiento para el conjunto del aspecto exterior de la casa consistorial. Y es que el actual revestimiento de piedra caliza está muy envejecido. Teresa Alonso, portavoz municipal del grupo socialista, señalaba hoy que "en varias ocasiones se ha desistido de sustituir alguna pieza por el fuerte contraste de color con la superficie actual, e incluso de la limpieza a fondo de la superficie, por su elevado coste". A nadie escapa que, tras casi una década, el jardín habrá ocasionado daños sobre una piedra que ya en 2014 presentaba un aspecto sucio y deslucido.
MÚLTIPLES OPCIONES
Todo apunta a que, a poco más de seis semanas para las elecciones municipales, la decisión sobre el futuro del polémico jardín vertical, habrá de adoptarla el nuevo equipo de gobierno. Sobre la mesa hay una variada gama de opciones, que van desde su renovación total a un uso mixto de plantas artificiales en las zonas más altas y naturales en las bajas. En caso de eliminar el jardín, también se han sugerido distintas alternativas, desde una futura remodelación integral del exterior de uno de los edificios más importantes de la ciudad, a la utilización de algún tipo de cobertura exterior alternativa a la piedra o incluso un grafitti monumental que aporte un valor añadido al paseo por el centro urbano y pueda llegar a convertirse en icono, como ha ocurrido en otras ciudades españolas.
La decisión deberá ser, en su momento, fruto del consenso de todos los grupos políticos, algo que se antoja complicado, si tenemos en cuenta que el PP ya ha afirmado hoy a través de sus redes sociales que la eliminación del "insostenible" jardín vertical será "una prioridad" para este grupo, si obtiene la alcaldía. En términos similares se ha expresado también el grupo municipal Ciudadanos.
No obstante, todo parece indicar que será necesario acometer una actuación parcial para que episodios como el de este fin de semana no se repitan en los próximos meses y el jardín más polémico de Lucena, alabado por unos como signo de modernidad, denostado por otros, y fuente inagotable de problemas, se termine convirtiendo en un conjunto de plantas secas o una pared sucia en pleno centro urbano mientras se adopta una decisión de futuro.
