La Coral Lucentina y la Orquesta Sinfónica del Conservatorio Maestro Chicano Muñoz: un gran regalo de Navidad para Lucena

Mario Flores Martínez
17 de Diciembre de 2024
Una imagen del Concierto de Navidad de la Orquesta del Conservatorio Maestro Chicano Muñoz de Lucena y la Coral Lucentina

Quien no tenga posibilidad de asistir el espectáculo navideño de las Rockettes en el Radio City Music Hall de Nueva York, aún puede tener la oportunidad de disfrutar en Lucena de un evento a la altura del famoso teatro de la Sexta Avenida neoyorquina. No es arriesgado afirmar que las piezas que se pueden oír cada Navidad en la iglesia de la Madre de Dios, están a la altura de cualquier gran producción musical de las que se pueda disfrutar en esos lares; me refiero ahora a aquellas que forman parte del magnífico repertorio musical navideño que a todos nos resulta familiar por más que su origen sea anglosajón (Let it snow, sin ir más lejos). La interpretación adaptada que de esos villancicos se hace para el evento, suena con tal nitidez y tal sonora alegría que hace vibrar el alma de cuantos tienen la suerte de asistir a la mágica noche de los Frailes. Hay que decir que, por su parte, aquellas composiciones que han sido creadas en nuestra tierra española no pertenecen a un género menor y, en cualquier caso, son tratadas con la misma maestría que destila la batuta del gran maestro don Víctor Nájera. El equilibrado repertorio que se elige para la ocasión (Bizet también acudió a la cita), mezcla de villancicos clásicos, populares y universales, logra ofrecer al público una sublime paleta de colores que pinta el cuadro de una Navidad luminosa y felizmente melódica que a todos se nos regala. Ya sabrán que estamos hablando del concierto que, cada año, se celebra en la referida iglesia de los Frailes y que hace las delicias de pequeños y mayores, de melómanos y neófitos y, en general, de todos los que se acercan hasta el templo dispuestos a dejarse penetrar por ese aire de belleza construido al son de voces e instrumentos, esos que parecieran afinados por el mismo Dios que allí habita y está a punto de nacer. El milagro se produjo una vez más el pasado sábado 14 de diciembre.

La joven Orquesta del Conservatorio Maestro Chicano Muñoz de Lucena y la Coral Lucentina -de la mano de sus directores Víctor Nájera y Oleg Antonyak- han alcanzado tal nivel de ejecución y desarrollado tal gusto por lo exquisito y excelso, que oír sus interpretaciones se puede calificar ya, sin ningún género de dudas, como una “experiencia fuera de lo habitual”. Y es que resulta sencillamente asombroso que unos jóvenes, casi niños, hayan perfeccionado su técnica instrumental y su capacidad de compenetración con el conjunto hasta el punto de poder regalar una sonoridad tan compacta como rotunda, tan bella como deslumbrante. Sin siquiera haber alcanzado su madurez como profesionales, ya son capaces de intuir a la perfección los giros y modificaciones, los matices y los pizzicatos que su director, Víctor Nájera, introduce en las composiciones a modo de benditos arreglos que consiguen emocionar a quien asiste a ese prodigio musical. Ya nos tienen acostumbrados ambos directores a emocionarnos hasta el paroxismo cuando Coral y Sinfónica nos regalan la Misa del Campo Andaluz cada año. Y el señor Antonyak, con su trabajo en el apartado de voces no hace sino complementar la tarea de su colega de batuta, logrando el efecto mágico y el prodigio de conseguir que un grupo de voces humanas, de repente, se transmuten en las voces de un coro celestial. Es conocida la larga trayectoria de la Coral Lucentina que, en sus casi setenta años de historia, ha venido creciendo hasta haber logrado que sus coros retumben armónicamente para alegría y solaz del alma lucentina. El trabajo de personas entregadas a la causa que, denodadamente, se desvelan cada día por hacer cada vez más grande el proyecto (pienso ahora en Marigracias Doblas Barea o en mi amigo Paco Cruces), no resulta suficientemente reconocido, quizá porque tampoco trabajen ellos con ese ánimo. Pero es justo decir en voz alta que el esfuerzo de este amplio colectivo humano ha conseguido lo que pocos logran: hacer soñar a las personas, arrancarles una sonrisa de felicidad, apaciguar el alma, creer que la belleza aún es posible… todos y cada uno de ellos.

No olvide Lucena que entre sus tesoros se encuentra el milagro de esta mágica simbiosis que se produce de la mano de Coral y Sinfónica. Cada año, cada Navidad, cada vez que lo hacen…No lo olvide nuestro ayuntamiento, que viene prestando su necesario apoyo y nunca debería dejar de hacerlo. No contemple fronteras este proyecto, sea cada vez más conocido, expórtese. Y si alguna vez falla la producción musical del Radio City Music Hall ya deberían saber que tienen recambio: aquí, en Lucena.

Sería en vano dar la enhorabuena a los responsables de este proyecto porque ya deben saber que lo hacen como los ángeles. Tendría más sentido dirigirles una sincera expresión: gracias por ese regalo que siempre nos hacéis, nunca dejéis de hacernos felices.

¡Feliz Navidad para todos!

Mario Flores Martínez

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