El servicio de transporte urbano es obligatorio para poblaciones con un determinado número de habitantes. En Lucena disponemos de este servicio desde hace años, pero el mismo deja mucho que desear.
Al hecho de contar con solo dos líneas para todo el municipio –una cantidad claramente insuficiente para una población como Lucena– se suma una frecuencia de paso realmente mala. Aunque por las mañanas existe un número, digamos razonable, de autobuses, la realidad es muy diferente si queremos hacer uso de este servicio por la tarde. Así, por ejemplo en la parada de Arenal nos encontramos solo con dos buses a las 17 y 18.20 horas. Además el servicio de detiene a la hora de la comida y no existe los sábados por la tarde, domingos y festivos. Esto no es serio.
Por otra parte, la información de horarios no está actualizada y aparecen horarios que luego no existen. Incluso hay paradas que solo están indicadas con una pegatina rota y pegada en una farola. La evidencia demuestra que no hay una coordinación entre la empresa adjudicataria de la concesión y el ayuntamiento. Este último no informa si hay calles cortadas y el conductor se entera cuando llega a la calle en cuestión y se encuentra con que hay obras u otra incidencia. De otra parte, la empresa que presta el servicio parece tener las oficinas cerradas a cal y canto y el teléfono no da ni siquiera tono.
Existen paradas como la del centro de salud Lucena I o la del Zarpazo a las que el conductor va solo si hay alguien que se lo pide, pero si se espera a que llegue el bus a esas paradas y nadie lo solicita, puede esperar uno eternamente.
Otra cuestión es la adaptación de los vehículos a personas con alguna discapacidad. Cuando se avería un bus lo sustituyen por otro que no tiene rampa de acceso y que por sus dimensiones estrechas no creo que pase ninguna inspección.
En fin, son solo algunas de las muchas deficiencias que presenta este servicio que presta el ayuntamiento y que no está ni mucho menos a la altura de lo que cabría esperar de una ciudad como Lucena.