Así, como lo está leyendo. Por pedir que no quede. Desde que se pensó en construir un hospital en la zona sur de Córdoba (1976-1982) los lucentinos hemos dado vueltas sobre el asunto. La elección de Cabra para instalar allí el hospital fue, cuando menos, «confusa» por cuanto ni por situación geográfica-vías de comunicación (Lucena gozaba de una mejor posición), ni por población (con una diferencia de casi 10.000 habitantes a favor de Lucena, véase cuadro) podría justificar el emplazamiento egabrense.
La plataforma "Lucena por sus necesidades sanitarias" cuando nos convocó allá por el 2006 para cubrir no pocas deficiencias sanitarias, no podría aspirar a un hospital (aunque lo pidiese) porque, entre otras cosas, no sería viable construir un hospital en cada población. Teniendo en cuenta que las competencias sanitarias las tienen las autonomías y gracias al empuje de la plataforma (al César lo que es del César) antes dicha, la Junta de Andalucía ha ido tratando de satisfacer tales demandas dentro de lo posible (aplíquese aquí lo dicho sobre las razones para erigir el hospital en Cabra: «es confuso»).
Con todo, el objetivo más importante de la plataforma era el «hospital» y éste ha ido cambiando de nombre: de centro sociosanitario o CHARE (Centro Hospitalario de Alta Resolución con 20 camas) a Centro de Alta resolución (CARE) que no tendría camas (Lucenahoy 23-2-2019). Sea como fuere el hospital de Cabra (éste sí se puede llamar hospital) tiene 258 camas (el dato de Wikipedia). El centro que se implantará en Lucena no será un hospital propiamente dicho y no hay que darle más vueltas.
A continuación, el ámbito de influencia de los hospitales del Sur de Córdoba con la correspondiente población:
Fuente: página Web del Hospital Infanta Margarita.
Hasta aquí los datos que creo básicos, veamos mis argumentos para el traslado del hospital de Cabra a Lucena:
1) La mejor situación geográfica gracias a sus mejores comunicaciones. Cabra no se ha visto mejorada en este aspecto. Lucena sí. Los centros sanitarios públicos deben estar donde su uso sea más óptimo.
2) La complicada ampliación física del hospital de Cabra en su ubicación actual, así como los necesarios aparcamientos. Antes que un continuo «parcheo», se hace necesario un nuevo y más amplio emplazamiento ante unas siempre crecientes necesidades sanitarias. Las que se están habilitando en Lucena son un buen punto de partida.
3) La población de Lucena ha ido aumentado mientras que la de Cabra ha ido descendiendo. Veamos dicha evolución:
Fuente: Instituto Nacional de Estadística (INE)
Del análisis de la población podríamos sacar dos ideas: a) El momento antes de inaugurar el hospital (1982) la diferencia entre Cabra y Lucena era de, grosso modo, un casi 50% más a favor de Lucena, hoy la diferencia entre una ciudad y otra sobrepasa el 100%; b) como puede apreciarse en la evolución de las cuatro décadas la población egabrense sólo se ha mantenido cuando no ha caído, mientras que la lucentina ha ido creciendo.
Las pandemias o emergencias sanitarias irán en aumento y será necesario (como, desgraciadamente, hemos descubierto desde el comienzo de la pandemia) concentrar equipos e instalaciones. Al hospital de Cabra le falta comunicación, espacios auxiliares y capacidad de ampliación. A medio plazo sería necesario plantearse este asunto. La actual pandemia nos ha enseñado que los hospitales futuros (porque habrá otras pandemias) tendrán que ser amplios y bien comunicados y eso el actual hospital de Cabra no puede proporcionarlo. De fondo siempre tenemos que tener en cuenta que los impuestos, de donde surgen los recursos económicos, son los que son. Hay que optimizarlos.
Evidentemente, Cabra sufrirá una merma en sus prestaciones sanitarias de cercanía, y en su economía, pero la perspectiva que tenemos que tener en cuenta es que Cabra se ha beneficiado de un potente equipamiento sanitario durante tres décadas. El CARE previsto para Lucena siempre se podría situar, ahora sí mucho más amplio, en el edificio del hospital de Cabra.
Feliz verano.