Luisfernando Palma Robles

La Virgen Servita, ¿obra de Mateo de Medina?, por Luisfernando Palma

Cronista oficial y académico
03 de Abril de 2012
 La Virgen Servita, ¿obra de Mateo de Medina?, por Luisfernando Palma
La Virgen Servita, ¿obra de Mateo de Medina?, por Luisfernando Palma
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La advocación más procesionada en la historia del domingo de Ramos lucentino es, sin duda, la Dolorosa Servita, que desde 1768 recorrió nuestras calles ese día hasta los años sesenta del siglo XX, si bien hasta 1783 no contó con la actual que sale en procesión el martes santo.
 
En 1776 el alcalde de tallista y examinador de escultor que nombra el Ayuntamiento de Lucena es el artista lucentino  Pedro de Mena y Gutiérrez. Desde 1777 hasta 1783 dichos empleos los desempeñó  [Eustaquio] Mateo de Medina y Moreno (Jaén, 1741- Jaén, 1813), hijo del afamado José de Medina, autor de los evangelistas del Sagrario de San Mateo. En 1784 ocupa de nuevo los citados cargos gremiales  Pedro de Mena.
 
Mateo de Medina  nos lo encontramos residiendo en la calle Mesón del Agua, llamada también Mesoncillo y que está dedicada, por acuerdo municipal de 1921, a la IV condesa de Las Navas, doña Carmen Pizarro y Ramírez. El domicilio de residencia de  Mateo se encontraba muy cerca de la casa de los Nieto Tamarit, convertida ésta hoy en sede del Conservatorio Profesional de Música “Maestro Chicano Muñoz”. Figura registrado en este domicilio junto con  Francisca Cabrera, su esposa, desde 1777 hasta 1783, inclusive.
 
Esto hace pensar que a la muerte de su padre, acaecida en abril de 1783, Mateo y su esposa marcharon de Lucena a Jaén, donde los encontramos residiendo en 1793, como pone de manifiesto una carta de pago de mil trescientos noventa y tres y medio reales, correspondientes a la partición de bienes que quedaron por la muerte en Lucena de su suegra, doña María Zamora de las Cuevas y Bruna y que recibió de don Pablo Serrano y Muriel, como marido y conjunta persona de doña Francisca Cabrera y Zamora, cuya cantidad le correspondía a ésta por legítima materna.
 
No se encuentra documentada en Lucena ninguna imagen salida de las gubias de Mateo de Medina, si bien, según Cañada, esta ciudad cordobesa cuenta con buena parte de sus realizaciones, sin especificar ninguna.
 
Consta que tuvo relación profesional con la Venerable Congregación de  Servitas de Nuestra Señora de los Dolores. Existe una anotación en la data de las cuentas de esta institución fechada en 19 de abril de 1783 donde se indica que Mateo de Medina recibió 150 reales por añadir y dorar la urna de la imagen Titular. En esa urna intervinieron también el pintor local Francisco José López, quien recibió 80 reales y 24 maravedís por el importe de cuatro varas de gante con que se forró la mencionada urna y 55 reales por su trabajo de pintarla. Miguel Moreno aportó la madera, hierros para el velo y clavó el lienzo con que estaba forrada. La composición de esta urna es consecuencia de la adquisición por parte de la Congregación de una imagen Titular nueva, que es la que actualmente forma parte de la Cofradía Servita de Nuestra Señora de los Dolores y Santísimo Cristo de la Humillación del martes santo lucentino.
 
En agosto de 1776 la Junta de la Congregación Servita, presidida por el corrector don Fernando Ramírez de Luque, trató de que eran inaceptables las condiciones impuestas por don Antonio Rafael de Mora y Saavedra, quien había aportado 1.500 reales de donativo para la hechura en Jaén por parte del escultor Miguel Verdiguier, entonces con taller en la capital del Santo Reino, de una nueva Dolorosa, Se admite que Mora entregue a la Congregación 831 reales, que fue la cantidad aportada por ésta y que don Antonio Rafael se quedase con la nueva imagen. En octubre de 1783, Mora Saavedra declaró en cláusula aneja a su testamento ser de su propiedad la imagen de Nuestra Señora de los Dolores que tenia en su oratorio “y es obra del famoso escultor don Miguel Verdiguier”.
 
La Congregación siguió teniendo como Titular la imagen antigua. En mayo de 1782, la Junta de los servitas nombró a los hermanos don Antonio Henares y don Antonio Ortiz Repiso para que consultasen con persona experta con objeto de arreglar un ojo y pestaña de la imagen. A los tres días dan cuenta de la consulta con “el facultativo maestro de escultor”. Según éste había reconocido la cabeza, que era de barro, y era imposible “la posición que se le pedía”. En vista de ello, acordaron los congregantes que se hiciese una nueva cabeza, diputando a los mismos señores para tratar con el escultor. A principios de marzo de 1783, los diputados Henares y Ortiz Repiso hicieron presente haber dispuesto encargar una nueva imagen “con los menos “rasgos y gasto” y que, en efecto, ya estaba concluida por el “supradicho tallista”, quien había hecho “cuasi una mitad de gracia de limosna”. Se decidió sacar del arca de tres llaves 1.000 reales para entregarlos a los citados diputados con objeto de su distribución, reservando para el caso de su colocación. Se acuerda igualmente

 

“dar las gracias correspondientes a dichos hermanos diputados, por el celo, esmero y vigilancia con que se han aplicado en desempeñar su encargo en la construcción de una imagen tan peregrina y que ha sido de la aprobación de todos los hermanos por su poco valor extrínseco como por el mucho intrínseco que tiene”.
 
El sobrante de los 1.000 reales fueron 30, que se anotan en el cargo de las cuentas de la Congregación. No existe ninguna anotación en la documentación contable correspondiente a los años 1782 y 1783 en donde se haga referencia al autor de la imagen ni al costo que ésta tuvo. Por otra parte, hemos apuntado que los 1.000 reales se sacaron del arca de tres llaves para el importe de la hechura y en su caso para la colocación, pero en ningún momento se nos habla de gastos por traslado desde fuera de Lucena hasta esta ciudad y correspondiente embalaje de la imagen. Además cuando se comisiona a los señores Henares y Ortiz Repiso no se dice que viajen al exterior de esta población cordobesa, sino que parece desprenderse que consultaron con un maestro escultor de la localidad. Esta ausencia de referencias al exterior, nos lleva a pensar que la Dolorosa fue realizada en Lucena.
 
En esta ciudad y en esos años, como se ha apuntado, Mateo de Medina desempeñaba el cargo de alcalde de tallista y examinador de escultor y también hemos señalado cómo consta su intervención en la urna de la nueva Dolorosa. Dado el prestigio que se supone que gozaba en el ámbito local no se le iba a encargar sólo un trabajo llamémosle secundario, y si la imagen se le hubiese encargado a otro maestro, no es lógico que la reseñada intervención en la urna hubiese estado a cargo de Medina.
 
Por otra parte hemos apuntado que el experto con el que consultan los diputados se nombra en las actas con artículo determinado: “el facultativo maestro de escultor”. Puede interpretarse que al referirse de esta manera al experto es porque no hay necesidad de indicar su nombre y apellidos. Esto puede llevarnos a pensar que se refiere al examinador de escultor, esto es, a Mateo de Medina.
 
Por todo lo anterior concluimos que la actual María Santísima de los Dolores de los servitas lucentinos puede ser obra de Mateo de Medina. Se ha dicho en ocasiones que se trata de una obra de Blas Molner, argumentando que don Fernando Ramírez de Luque fue en cierto modo el mecenas de este escultor levantino y que la Dolorosa que nos ocupa fue contratada en el tiempo en que Ramírez presidía la Congregación, dando 1772 como fecha de encargo. Esta fecha es incorrecta, pues hemos dicho que la imagen fue realizada en 1782-1783, período en que el corrector no era el mencionado Ramírez de Luque.
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Luisfernando Palma Robles
Cronista oficial de Lucena
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