Incluso llegó a encadenarse a una farola frente a la sede la Delegación de Educación en Córdoba. Rosa María Gálvez Gómez persistirá movilizándose por una reivindicación que considera justa hasta que su hija pueda asistir a clase en el colegio Virgen del Valle. Por el momento, la menor, que cumplirá los 6 años en el mes de noviembre, debe permanecer en su hogar cada mañana. Amigos y familiares de la progenitora expusieron su protesta en el Pleno del Ayuntamiento de Lucena celebrado este martes. La palabra "justicia" se trazó en una pancarta que pretendía difundir el desvelo de una madre.
A principios de este verano, y tras terminar la relación que la unía con el padre de su niña, Rosa María hizo las maletas y regresó a su localidad de origen. "Yo soy de Lucena y he vivido temporalmente en Córdoba por motivos de trabajo", afirma a LucenaHoy. Asimismo, asegura que en la capital no dispone de trabajo ni de un lugar para alojarse.
Un escrito registrado por el padre ante el órgano territorial competente paralizó la matriculación en el centro Virgen del Valle. A pesar de que Rosa María Gálvez es la titular de la guarda y custodia de su descendiente, el convenio regulador que suscribió con su expareja al terminar la convivencia contenía un régimen de visitas que fijaba dos días entre semana en los que la menor tenía que pernoctar con su padre, quien se escudó en la imposibilidad de que se cumpliera este acuerdo pactado por ambos para oponerse a que se trasladara el expediente académico desde el Colegio Santos Acisclo y Victoria de Córdoba hasta el Virgen del Valle, situado en Lucena.
Actualmente, es improbable un nuevo acuerdo entre los padres. Por lo tanto, solo una resolución judicial provocaría un ulterior pronunciamiento –en idéntico sentido- de la Delegación de Educación. Mientras tanto, una alumna que debería cursar Primero de Primaria no acude a ningún centro educativo.
Rosa María ha recibido el respaldo de los profesores del Virgen del Valle –el equipo directivo admitió en primer término la escolarización- y recuerda con dolor como a su hija la levantaron de la silla a los pocos minutos del empezar un nuevo curso. "He recogido 1.200 firmas y voy a dirigirme al AMPA a ver si ellos pueden también hacer algo", anuncia. Otro hecho que le indigna es la lentitud del juez para emitir su parecer. "Nadie me dice nada y desde el 14 de septiembre, cuando mi abogado presentó un documento para modificar las medidas, no ha habido respuesta".
Al conocer su caso, el alcalde de Lucena, Juan Pérez, a la finalización de la sesión plenaria, le prometió a Rosa María Gálvez que realizará "gestiones" encaminadas a solventar este asunto. La concejala de Educación, Encarnación Camacho, sostiene que también está dispuesta a "recabar información" y ha contactado con el servicio de escolarización. Otra cuestión que señala la edil se refiere al absentismo. "La niña no está yendo a clase y eso es malo para la niña y para la madre ya que pudiera haber responsabilidades". Rosa María admite que se ha "planteado" la opción de trasladar a su hija diariamente a Córdoba, lugar donde actualmente se mantiene abierta la matrícula. "Estoy en el paro, y hasta el día 10 no empiezo a cobrar y no entiendo que tenga que levantar a mi hija a las seis de la mañana para coger el autobús porque no tengo vehículo y volver a las tres y cuarto de la tarde".
Rosa María Gálvez asegura que su anterior compañero "primero dijo que sí a todo por teléfono y luego que no". Las manifestaciones públicas suponen un modo más de ejercer "presión" porque hasta ahora "nada ha dado resultado" y alargará su lucha hasta que su hija vuelva a ocupar el pupitre del que se despidió de una forma abrupta e inesperada.