San Valentín es una de las fechas más esperadas por las parejas de todo el mundo. Aunque algunos países optan por otras fechas para esta celebración, cada 14 de febrero, millones de enamorados buscan formas especiales de celebrar su amor, y una de las tradiciones más arraigadas es la cena romántica. Esta costumbre ha evolucionado con el tiempo, adaptándose a diferentes culturas y estilos de vida, pero siempre manteniendo su esencia: compartir un momento especial con la persona amada.
ORIGEN DE LA TRADICIÓN
El Día de San Valentín tiene raíces en la antigua Roma, donde se celebraban festividades en honor a un sacerdote que, según la leyenda, casaba en secreto a jóvenes enamorados en tiempos de prohibición. Con el paso de los siglos, la festividad se convirtió en un homenaje al amor y la amistad, y las cenas románticas se consolidaron como una de sus principales expresiones.
En la Edad Media, los banquetes y cenas eran habituales en las celebraciones de cortejo y compromiso. Mucho más tarde, con el auge de la gastronomía y la sofisticación de la cocina en el siglo XIX, las cenas románticas adquirieron un carácter más elegante y exclusivo, consolidándose como una costumbre imprescindible celebrar el amor compartiendo mesa y mantel.
UN DETALLE ESPECIAL
Hoy en día, las cenas de San Valentín pueden ir desde una experiencia gastronómica en un restaurante de lujo hasta una cena casera preparada con esmero. La clave está en el ambiente: la iluminación tenue, las velas, la música suave y los detalles personalizados crean un entorno mágico para disfrutar en pareja.

Los restaurantes suelen ofrecer menús especiales para la ocasión, incluyendo platos con ciertos productos considerados afrodisíacos como ostras, chocolate o fresas, acompañados de vinos seleccionados. Luis Contreras, chef del Restaurante Japanish, de Lucena –que recientemente ha reabierto sus puertas en sus nuevas instalaciones, amplias y acogedoras, en Avenida de Santa Teresa, 14– nos cuenta que son unos "días especiales para cualquier restaurante, en los que se multiplican las reservas de parejas", lo que también supone una cierta reorganización del servicio.
A nivel de cocina, este año Japanish opta por incluir en su carta algunos platos especialmente diseñados para esta cita, en la que están presentes algunos productos "clásicos" de esta popular celebración del amor. Así, quienes opten por acercarse a este renovado espacio de restauración de nuestra ciudad encontrarán la carta de siempre junto a platos especialmente diseñados para la ocasión como las ostras con ponzu de fruta de la pasión, el tartar de atún rojo con trufa o el cochinillo ibérico con pak Choi al ajillo. Y como postre especial su famosa tarta de queso, en este caso con fresas al sake y rosas.
"Durante todo el fin de semana estaremos celebrando san Valentín con platos especiales como los ya mencionados, creados especialmente para estos días" señala Luis Contreras, que aconseja reservar con anticipación. Y es que, si tu opción para celebrar el Día de los Enamorados es acudir a un restaurante, reservar ya es casi obligado, en unas fechas en las que se multiplican las peticiones. Si optas por visitar el nuevo Restaurante Japanish puedes confirmar tu reserva en este enlace: https://japanishtapas.com/welcome/
Más allá de la comida, la cena de San Valentín representa un momento de conexión y complicidad. Es una oportunidad para desconectarse del ajetreo diario y dedicar tiempo exclusivo a la pareja. La conversación, la risa y los pequeños gestos de cariño hacen que esta tradición sea especial y significativa.
Las cenas románticas de San Valentín son una tradición que ha perdurado a lo largo del tiempo, adaptándose a las tendencias y preferencias de cada época. Lo más importante no es el lugar ni el lujo, sino la intención y el cariño con los que se comparte este momento. Al final, el verdadero significado de la celebración radica en fortalecer los lazos del amor y disfrutar de la compañía mutua.