El título Los mitos del franquismo asignado a la obra que Pío Moa presentó este jueves en el Salón de los Espejos del Círculo Lucentino convivió con el rótulo que el escritor le atribuyó a España: "el país de la gran mentira". El autor vigués manifestó que los franquistas "derrotaron durante 40 años a todos sus enemigos internos y externos, militares y políticos" por lo que "si Franco y los suyos eran ineptos, se concluye que sus adversarios lo eran mucho más".
Mario Flores, como presidente del Casino, abrió el acto y calificó de "honor" la llegada del autor, por ejemplo, de La República que acabó en Guerra Civil, a las dependencias de la institución local. "Destacaría de él su compromiso con la verdad, la rigurosidad en el estudio de un período de la historia reciente de España". Flores sostuvo que "muchas veces la verdad no quiere ser escuchada" y esta afirmación la consideró causa "de las enemistades y animadversión" que despierta Moa.
Seguidamente, Antonio Arrabal Maíz, profesor de Lenguas Clásicas, dijo que Pio Moa "encabeza la lista de esos historiadores que han tirado de valentía y rigor para elevar la voz ante el panorama historiográfico de los últimos 40 o 50 años, donde ha sido un rasgo característico la reinvención de la historia y la reinterpretación de los hechos desde un alineamiento ideológico netamente revanchista y revisionista".
El autor de El Bombardeo de Cabra. El Guernica de la Subbética elogió "la investigación concienzuda de los hechos y de las fuentes" de Pío Moa y terminó aseverando que aquellos que han "desafiado" los postulados de la Ley de Memoria Histórica han recibido "la estigmatización pública, el descrédito, la calificación de pseuhistoriadores y aprendices de científicos, cuando no una seria reprobación por parte de esa especie de comisarios políticos que guardan las esencias de la memoria histórica".
En su intervención, ante un público que no alcanzaba la media centena de asistentes, Pío Moa insistió en que España "es el país de la gran mentira sobre su propio pasado y, en particular, sobre su pasado reciente". De hecho, según expuso, a pesar de "en los últimos decenios de pocos temas se ha hablado y escrito más que del franquismo, pocos permanecerán tan desconocidos y falseados como aquel".
Este ensayista, que en su momento participó activamente de la oposición antifranquista, citó como "causas principales" de los equívocos "el desenfoque en los estudios de unos y la pobreza argumental de otros". Para él, "el desenfoque viene forzado por una concepción de base errónea, en referencia a los que mantienen que el franquismo fue un régimen fascista impuesto con la ayuda de Hitler".
A lo largo de su discurso, acusó de "estilo totalitario reminiscente del Gran Hermano de Orwell" a los impulsores de la eliminación de los restos –"monumentos y nomenclatura de calles- de la existencia del régimen franquista. "Disentir de tales ideas suena a sacrilegio y se supone que estos autores deberían ser silenciados y en lo posible condenados a la muerte civil".
Más centrado en Los mitos del franquismo, reveló que ha comparado diferentes imágenes "con los datos reales que son muy asequibles con un poco de esfuerzo intelectual o de investigación". En el caso de que las tesis de su libro sean ciertas, "resultará falso la mayor parte de lo que se ha escrito sobre el franquismo en los últimos 40 años".
Por último, elogió la eficacia económica de Francisco Franco. "A su fallecimiento, la renta per cápita española llegaba al 80% de la media de los países ricos de Europa y hoy se sitúa bastantes puntos por debajo, en torno al 70%. Igualmente, valoró que mientras la Europa occidental se recuperó con el Plan Marshall, España "debió hacerlo con sus propias fuerzas, y frente a un aislamiento internacional criminal, el país se reconstruyó y reindustrializó en lo que significó una verdadera hazaña". El acto terminó con un coloquio y la firma de ejemplares por parte de Pío Moa.