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El Martes Santo deja un sabor agridulce. Hasta ayer la Semana Santa de Lucena había podido esquivar la lluvia. Ayer, tras un día de generosas precipitaciones que se prolongaron durante toda la mañana y hasta las siete de tarde, la meteorología daba paso a los claros y el sol, y tras retrasar quince minutos su horario de salida, comenzaban a salir las tres cofradías que tenían anunciada su estación penitencial: Carmen, Servitas y Amor y Paz.
Transcurría la noche con brillantez, tras el paso de todas las hermandades por la Cuesta del Castillo y el trayecto común por la calle El Peso. Nada hacía presagiar que la lluvía apareciese en el camino de vuelta de las cofradías a sus templos, pero así fue. A las doce menos diez de la noche comenzaba a llover, por momentos con cierta intensidad. Fue un aguacero breve pero suficiente para destrozar la noche del Martes Santo lucentino.
Los pasos de la Cofradía del Carmen se encontraban en ese momento en la calle Maquedano, sin otra posibilidad que acelerar la llegada al altozano del Carmen, tras cubrir con plásticos las imágenes del Cristo de la Humildad y la Virgen de los Dolores. Intenso el esfuerzo de las cuadrillas, máxime si tenemos en cuenta que se trataba de un tramo en continua pendiente y que se cubrió en muy pocos minutos para evitar daño a las imágenes y los tronos.
Peor lo llevó la cofradía de Humillación y Servitas, que se encontraba en el llanete de San Francisco. El paso de Cristo, más adelantado, decidió ganar la Plaza Nueva con rapidez, tras cubrir a su titular, mientras que la Virgen de los Dolores Servitas, optaba por buscar refugio en la iglesia de la Madre de Dios, del convento franciscano, volviendo posteriormente por el camino más corto, a través de la calle Juan Palma, siendo el último paso en entrar en San Mateo.
Finalmente, la cofradía de Amor y Paz, que se encontraba en el momento de iniciarse la lluvia en la calle el Agua, optaba por ganar la calle Las Torres atravesando por Canalejas y apresurarse a llegar a la Plaza Nueva, con la imagen del Santísimo Cristo del Amor a cubierto bajo un plástico, con el que entraba en San Mateo sin dilación. Con más tranquilidad lo hacía posteriormente el pesado paso de palio de la Virgen de las Campanitas. Para ese momento hacía ya algunos minutos que había dejado de llover.
Era el epílogo de una jornada que había deparado momentos de gran belleza, de santería grande, de espléndidas saetas y de intenso sabor cofrade. Algunos de ellos los recogemos en las galerías de fotos que junto a una crónica más extensa de cada una de las cofradías pueden ver nuestros lectores en LucenaHoy Cofrade y, posteriormente, a partir del 23 de abril en nuestro libro "La Pasión. Semana Santa de Lucena 2012" que ya estamos preparando.
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Para ir a LucenaHoy Cofrade pique el siguiente enlace: www.lucenahoycofrade.com
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