El Hotel Santo Domingo acogía este viernes la presentación del libro La playa de Varsovia, primera novela del psicólogo y escritor lucentino Mario Flores, publicada por la editorial cordobesa Berenice (Almuzara) en el pasado mes de julio y disponible desde entonces en las librerías de todo el país.
La edición cuenta con un prólogo que firma el escritor e historiador José Calvo Poyato, que acompañó a Mario Flores en la presentación de su novela junto a Fran Carrasco, presidente de la Asociación Bet Alfasi, en cuya programación con motivo de la Semana Europea de la Cultura Judía se incluía el acto.
Señaló Calvo Poyato que toda novela ha de contar con varios ingredientes: "una buena historia, un autor que sepa contarla tras un minucioso proceso de documentación y una definición clara de los personajes", elementos que consideró sobradamente presentes en La playa de Varsovia. Se refirió además José Calvo a la dificultad añadida que entraña en el caso de una novela de corte histórico como la de Mario Flores "mantener el interés del lector, que normalmente conoce de antemano el final", por lo que resultan fundamentales segundas tramas que acompañen a los hechos que se relatan. El escritor egabrense aseguró que en La playa de Varsovia quedan perfectamente resueltas esas tramas, gracias a la habilidad de Flores para "construir los puentes entre la primera y la segunda parte del libro, más histórica la inicial, más cercana a la novela negra la segunda".
Agradeció Mario Flores "la inmensa generosidad de José Calvo", que le ayudó con una primera corrección del manuscrito, firma el prólogo y no quiso faltar ayer en la puesta de largo en Lucena de la publicación. A continuación Flores desgranó en una minuciosa y documentada exposición el contexto histórico en el que se desarrolla la historia de Aleksander, su protagonista, un judío polaco de origen sefardita que, tras hacer frente a los nazis en el gueto de Varsovia en 1943, perder a su familia en situaciones dramáticas y atravesar duras experiencias como prisionero de guerra, llega a Estepona en 1946 bajo el nuevo nombre de Sandro para intentar cerrar las heridas del Holocausto. A partir de este momento la trama se complica con los avatares del complejo intento de apresamiento del nazi Léon Degrelle, afincado en la Costa del Sol, una operación real, en la que se verá envuelto el protagonista de la novela.
Mario Flores crea un relato adictivo que evoca los avatares de los cientos de miles de judíos que fueron perseguidos por el Tercer Reich, y en la que personajes históricos y de ficción confluyen para deparar al lector una experiencia singular y apasionante. Es un terreno que conoce a la perfección el escritor lucentino, como dejó de manifiesto en su anterior libro "Los sumideros del hombre" (Editorial Siníndice), donde relataba las vivencias que experimenta el viajero actual al visitar el famoso campo de exterminio y los barrios de Cracovia y Varsovia que en su día fueron guetos judíos y que ahora son uno de los escenarios en los que se desarrolla su novela.
Les dejamos algunas fotos de la presentación. Completaremos esta información con una entrevista con el autor en formato vídeo.