Francisco López Salamanca analiza la evolución de la Cofradía de la Soledad

21 de Marzo de 2014
 Francisco López Salamanca analiza la evolución de la Cofradía de la Soledad
Francisco López Salamanca analiza la evolución de la Cofradía de la Soledad

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Desde 1564 hasta 2014. Francisco López Salamanca, cronista oficial de Lucena, pronunció en la noche de este jueves la conferencia "Historia de la Cofradía". En el transcurso de su intervención, explicó la trayectoria de la hermandad de la Soledad, una corporación que ha disfrutado de momentos de esplendor y brillantez y que también ha padecido otras épocas más sombrías e inciertas. El acto lo abrió José Pedro Moreno, coordinador de las actividades impulsadas en torno al 450 aniversario fundacional de la cofradía del Sábado Santo lucentino.

La charla comenzó a las 20:30 horas y aconteció en la primera planta del Palacio de los Condes de Santa Ana, en la sala donde continúa visible la exposición fotográfica y de enseres planteada por la asociación religiosa que lidera Pedro Luis Gómez Morillo. Francisco López Salamanca comenzó su plática encuadrando la constitución de la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad en las circunstancias históricas de la Lucena del año 1564.

Este investigador y lingüista lucentina, que en el año 2003 publicó un libro sobre la vida de la hermandad asentada en la iglesia parroquial de Santiago, indicó que, según el historiador Fernando Ramírez de Luque, Lucena, en el año 1564, era una villa que experimentaba un desarrollo poblacional extraordinario, hecho que le deparaba asimismo enormes problemas.

Después de dos siglos y medios de ataques, la caída del Reino de Granada en manos castellanas, alivió la situación de Lucena. El municipio pasó de un 1.000 a 20.000 habitantes en solo 20 años. En la fecha en la que nació la Cofradía de la Soledad, se terminó la construcción y se bendijo la parroquia de San Mateo.

En la segunda mitad del siglo XVI, ya surgían cofradías. En 1554, se instituyó la de la Veracruz, la primera pasionista. Esta hermandad realizaba su estación de penitencia el Jueves Santo y el desfile procesional lo formaban un Cristo y una Virgen. Por otro lado, a partir de la Cofradía del Gran Poder de Dios, se originó, en el año 1599, la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno.

Lucena era próspera y activa y los productos elaborados en las almazaras, bodegas y lagares se exportaban a América. En 1601, se aprobaron los estatutos de la Cofradía de la Soledad y cinco años más tarde se fundó la Cofradía del Carmen.

En un primer momento, la hermandad soleana efectuaba su culto externo el Viernes Santo. En 1652, según apuntó Francisco López Salamanca, se acometieron obras en la capilla de la Soledad ubicada en el templo de Santiago.

A partir de la segunda mitad del siglo XVII, la hermandad gozó de años de esplendor y los documentos consultados por el conferenciante reseñaban una notable participación popular en la procesión de la Soledad un siglo más tarde. A la misma acudían hermanos de azotes y flagelantes.

En el año 1740, cambió considerablemente el aspecto exterior de la procesión puesto que el Obispado de Córdoba prohibió las máscaras y las caratulas. El terremoto de Lisboa, sucedido en 1755, provocó gravísimos daños en la iglesia de Santiago, incluso se derrumbó la torre. Este incidente impidió la celebración de los cultos de la corporación durante algunos años.

A partir del siglo XIX, el poder político interviene en las asambleas de las cofradías. Del año 1806 se conservan actas que confirman la escasa presencia de personas en la vida diaria de la cofradía.
Una decisión eclesial modificó la Semana Santa de Lucena. Pedro Antonio de Trevilla, obispo de Córdoba entre 1805 y 1835, prohibió las representaciones humanas, ordenó la moderación en los pesos y permitió una sola procesión, que debía producirse en la tarde del Viernes Santo.

En 1864, la cofradía tocó fondo, en palabras de Francisco López Salamanca. Ya en el siglo XX, concretamente en el año 1902, la hermandad de la Soledad arrancó otra tapa que empezó con unas labores en la capilla y en el altar de la Dolorosa. La Dictadura de Primo de Rivera fomentó la recuperación de las cofradías, y los gobiernos de izquierdas de la Segunda República suprimieron los desfiles procesionales.

El cambio de día para la estación de penitencia de la Cofradía de la Soledad ocurrió en 1934. La lluvia detuvo la procesión en la tarde del Viernes Santo y la Virgen salió al día siguiente, costumbre que perdura hasta nuestros días. López Salamanca afirmó que la hermandad fue pionera en la integración de las mujeres. Después de un declive global en la década de los sesenta y los setenta, la Cofradías de Nuestra Señora de la Soledad, al igual que el resto de las asociaciones religiosas de Lucena, recobraron su brillantez. Francisco López Salamanca concluyó su alocución citando los actos del 75 aniversario de la refundación de la cofradía, conmemorado en el año 2002, y adentrándose brevemente en el período actual.
MANUEL GONZÁLEZ
 
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