No faltó ni un perejil en la noche flamenca organizada por la delegación de Cultura del ayuntamiento de Lucena en la Plaza Nueva y la magia del duende salió de paseo por Lucena, para deleite de las más de 800 personas que tomaron asiento o asistieron de pie al espectáculo que abrió el flamante ganador del Concurso Nacional de Fandangos de Lucena, Antonio Haya El Jaro, acompañado a la guitarra por su inseparable Paco González, y remató una Remedios Amaya que, treinta años después del cero point de su infausta barca sin control de un festival de Eurovisión añejo, demostró sobre el escenario porqué recibe el apodo de Camarona de Triana y porqué el siempre recordado cantaor de la Isla de San Fernando decía de ella que era una de sus cantaoras preferidas.
Remedios Amaya demostró que a sus cincuenta y pocos años está que se sale. Derrocho simpatía, manifestó su amor por Dios en una parrafada contestada con sucesivos Amén por los muchos gitanos de la comarca que no quisieron perderse su presencia en Lucena, y, sobre todo, gustó con su arte y su raza flamenca a un público que apludió y jaleó sus cantes y sus arranques al baile.
La gitanita trianera de pelo lacio y mirada dulce, hermana de otros nueve chiquillos, subió al escenario de la Plaza Nueva a media familia Amaya para montar una auténtica fiesta gitana por bulerías, tarantos, tangos y jaleos extremeños. Los que estuvieron se acostaron ayer con una sonrisa dibujada en la boca y la certeza de haber disfrutado de una corta pero buena noche de flamenco, sin ortodoxias, pero flamenco.
Destacar que la actuación llegaba a Lucena patrocinada por el programa de la Consejería de Cultura Enrédate".
Les dejamos algunas imágenes de la misma.