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El escritor sevillano Fernando Azancot Fuentes acaba de publicar su novela Memorial de Samuel de Lucena. Vida y muerte de un judío converso (Editorial Paréntesis. Colección Umbral). En el libro, Samuel de Lucena, judío converso por conveniencia primero, y más tarde sinceramente convertido al cristianismo, deja memoria de su azarosa vida mientras se halla preso en la cárcel de la Inquisición sevillana, a la espera de la muerte en la hoguera, acusado de hereje contumaz por mor de una delación. Desde su huida de Lucena, a causa de una matanza de judíos, hasta su llegada a Sevilla, le acontecen los más variados sucesos, gozosos unos, trágicos y dolorosos otros. Por la temática de la novela y por la relación que une a Fernando Azancot con nuestra localidad, hemos considerado oportuno compartir unos minutos con este autor sevillano de fácil pluma y ágil oratoria, para hablar de esta, su primera novela.
-Señor Azancot, la presencia de Lucena en su libro no es casual, usted mantiene una dilatada relación con nuestra ciudad. Su nombre nos trae la evocación de recordados pregones ¿no es así?
R.- Así es en efecto. La Providencia ha querido que mi relación con Lucena haya discurrido por la senda de un amor ausente, salpicado de discretas presencias, y por el ámbito de la literatura, y si se quiere, con más rigor, por el de la retórica, ya que el año 1972 fui mantenedor del I Velón Flamenco de Lucena, un certamen para jóvenes en el que resultó vencedor quien se convertiría con los años en una de las grandes figuras del cante, Calixto Sánchez Marín. Años más tarde, en 1982, me designaron para pronunciar el Pregón de la Semana Santa lucentina y santera, y finalmente, al cabo del tiempo, el año 2001, tuve el inmenso honor de ser nombrado pregonero de la Fiestas Aracelitanas, una experiencia para mí inolvidable.
-¿Es esta su primera novela? ¿Puede enmarcarse en el género de novela histórica?
R.- Es la primera que he dado a publicar de las varias que tengo escritas. Aunque así lo pudiera parecer, no es una novela histórica. Ni los personajes, ni los hechos que en ella describo pueden considerarse históricos, sino solo hijos de la imaginación del autor, y de su mayor o menor capacidad para figurarse que suceden, si bien es cierto que en un marco histórico tampoco del todo definido; diríamos, metafóricamente, que más o menos a caballo de los siglos XVI y XVII. En resumen, se trata de una genuina novela, pura fantasía, si bien es cierto que a veces la realidad supera la ficción.
-¿Qué le ha llevado a interesarse por el tema de los judíos y a situar una parte de la trama de su novela en Lucena?
R.- Por razones de origen familiar, siempre me ha interesado todo lo relacionado con el pueblo elegido, pero especialmente con los judíos españoles conversos, los popularmente conocidos por marranos, y el drama que los acompañó siempre como personas y como pueblo, como nación hasta poco sin estado ni territorio. Y singularmente el provocado por la tensión que en ellos produjo la conversión obligada al cristianismo que en tantos casos los llevó a ser considerados apostatas por los suyos, y poco menos que sospechosos advenedizos por los cristianos viejos, ello cuando no fueron acusados de criptojudaismo con las terribles consecuencias de todos conocidas. Es este tema tan interesante como complejo.
-¿Ha investigado sobre la presencia de los judíos en Lucena?
R.- La palabra investigar es demasiado elevada y comprometida, quedemos en que he leído cuanto ha caído en mis manos, que por cierto hasta la fecha no ha sido mucho. Creo que nadie duda de la presencia judía en Lucena, manifestada sin disimulo al menos hasta la llegada de los almohades, al punto que a los judíos debe la ciudad el origen de su evocador nombre, y posiblemente también Toledo sea deudora, en alguna medida, de su propia y famosa judería poblada, en su huída de la intransigencia islámica, por sefarditas lucentinos. Sin embargo, lo que más me interesa, y de lo que apenas he hallado documentación, es la evolución de aquellos judíos que aceptaron la conversión al Islam primero, y al cabo de los siglos al cristianismo, permaneciendo en Lucena, pienso que en la mayoría de los casos ocultando su verdadera fe, y componiendo una especie de solera, un algo indefinible que ha permanecido, sutilmente, venciendo el pasar de los siglos y la incomprensión, y prestado a la ciudad esa singularidad que la caracteriza, no ya respecto de las poblaciones de su entorno, sino de la misma Andalucía. En fin, este es un tema resbaladizo a falta de documentación y expreso testimonio, una hipótesis que se escapa a la razón, pero no a la intuición, aunque a veces nos aboque a la leyenda.
-¿Van a encontrar los lectores lucentinos espacios, lugares conocidos en esta novela?
R.- Más que lugares, salvo algún apuntalamiento de paisaje, es posible que parte de la narración les recuerde esa huella indecible a la que he hecho referencia, incluido un trágico progromo que históricamente nunca aconteció, pero que pudo muy bien suceder. Es de aclarar que la novela sigue un camino dramático que, partiendo de Lucena, pasa por Benamejí, Estepa, Morón de la Frontera, y Jerez de la Frontera, para terminar en Sevilla. Un camino que va desde la plenitud de un amor que se disuelve en la muerte, a una muerte que al fin se disuelve en el amor.
-¿Tiene previsto llevar a cabo la presentación de la misma en nuestra ciudad?
R.- De momento no lo tengo previsto, si bien es cierto que me gustaría.
-Sabemos que sigue la actualidad lucentina, ¿qué le parece este momento de recuperación de nuestra memoria judía que vive la ciudad a través de iniciativas como la entrada en la Red de Juderías de España?
R.- Lucena es una ciudad engendradora de noticias y de iniciativas. Nada más hay que leer Lucena Hoy para corroborarlo. No es una ciudad quieta, perezosamente dormida sobre el pasado. Siempre me ha llamado la atención ese carácter emprendedor del que da muestra. En cuanto a su adhesión a la Red de Juderías de España habría que decir aquello de que nada más justo y necesario. Es más, creo que el espíritu de Sefarad la empapa de tal modo que a diferencia de otras poblaciones con juderías demarcadas e inscritas topográficamente en ellas, Lucena, puede presumir de serlo como un todo valioso por sí, como la Perla de Sefarad.
-¿Como puede adquirirse el libro en nuestra ciudad? ¿Estará en las librerías?
R.- Ese aspecto comercial se me escapa del todo, ya que es a la Editorial Paréntesis a la que compete. No obstante, el libro se está vendiendo ya en soporte papel o electrónico a través de Internet. Para el que esté interesado, la dirección es: http://www.parentesiseditorial.com/
Agradecemos a Fernando Azancot Fuentes su amabilidad para contestar nuestras preguntas y lanzamos al aire la propuesta de que la delegación de Cultura y Turismo del Ayuntamiento de Lucena planifique dentro de su programación la presentación de su novela Memorial de Samuel de Lucena. Vida y muerte de un judío converso, una publicación más en la que Lucena es protagonista.
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