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Los problemas estructurales detectados en la techumbre del templo de Santago Apostol obligarán a la realización de obras de consolidación y restauración en esta parroquia lucentina.
El párroco de Santiago, Francisco de Asís Roldán, ha señalado a LucenaHoy que el problema principal radica en que "las tirantas que soportan la cubierta se están abriendo y es necesario reforzarlas para evitar problemas mayores". El proyecto, redactado por el arquitecto lucentino Rafael Pineda del Espino, deberá recibir el visto bueno de la Comisión Provincial de Patrimonio de la Consejería de Cultura el próximo día 20, y pasará después a contratación. Junto a la reparación de las "tirantas", la actuación incluirá el cambio de la solería, instalada durante la última restauración de la iglesia, en 1974, y muy deteriorada; así como el cambio de la anticuada instalación eléctrica, la limpieza de las históricas columnas interiores, elemento diferencial de este edificio religioso lucentino, y distintos trabajos de carpintería y pintura.
Según ha indicado Roldán, la intervención cuenta con un presupuesto cercano a los 90.000 euros, de los que más de un tercio será aportado por el Obispado de Córdoba, mientras que el resto será sufragado por la parroquia a través de distintas iniciativas, como la desarrollada ayer por varias mujeres de la cofradía de Santiago, que ofrecieron al vecindario sopaipas y chocolate con la intención de recaudar dinero para la obra.
A esta idea se sumarán los donativos de la feligresía, la barra de las próximas fiestas de Santiago, una comida benéfica o la petición de subvenciones a instituciones como la Diputación Provincial de Córdoba o el Ayuntamiento de Lucena, todo ello con el objetivo de sufragar los costes de la restauración de esta joya del patrimonio local.
Francisco de Asís Roldán indicaba que "en principio está previsto que los trabajos se inicien a lo largo del mes de julio y se prolonguen por espacio de cuatro meses, concluyendo entre octubre y noviembre". De hecho, estaba previsto que las obras se hubiesen iniciado durante el invierno, aunque los sucesivos trámites burocráticos han impedido agilizar más la actuación.
El párroco de Santiago ha desmentido que se vaya a rebajar el nivel del suelo, una opción que se había contemplado inicialmente pero técnicamente inviable, ya que en algunas zonas, la distancia entre el nivel actual y las criptas existentes en el subsuelo de la iglesia es de tan solo 18 centímetros, como pudo comprobarse durante la realización de las catas arqueológicas previas a la redacción del proyecto. En cuanto a la nueva solería, será de aspecto rústico, similar a la actual, al no contarse con autorización de Cultura para modificarla, si bien se colocará un tipo de losa de mayor grosor para evitar su deterioro. Así, la intención de la intervención es que la imagen de este hermoso templo lucentino se mantenga inalterable.