El 14 de febrero, Día de los Enamorados, es una fecha en la que las parejas celebran su amor con gestos románticos y promesas de futuro. Sin embargo, más allá de los detalles simbólicos, el compromiso en una relación también tiene implicaciones legales que pueden marcar la vida en común. En España, las parejas pueden optar por diferentes regímenes legales que regulan su patrimonio y convivencia.
Régimen económico matrimonial
Cuando una pareja decide casarse, debe elegir un régimen económico matrimonial que determinará cómo se administran los bienes durante el matrimonio y en caso de separación. Hablamos sobre este tema con el abogado lucentino José Cortés, que nos indica que en España, existen actualmente tres regímenes principales.
"El primero y más común es la sociedad de gananciales. Bajo este sistema, los bienes y beneficios obtenidos durante el matrimonio son comunes para ambos cónyuges, mientras que los bienes previos al matrimonio o adquiridos por herencia siguen siendo privativos de cada uno", señala el letrado lucentino.
Otra opción es la separación de bienes. En este caso, cada cónyuge mantiene la propiedad y administración de sus bienes personales, tanto los adquiridos antes como después del matrimonio. Es una opción preferida por quienes desean mayor independencia económica, aunque existe un matiz, y es que si se quiere vender o hipotecar la vivienda habitual, deberá existir consentimiento de ambos a pesar de que dicha vivienda sea propiedad de uno solo de ellos.
Finalmente, se puede optar por el –más desconocido– régimen de participación. Menos utilizado en España, este sistema permite que cada cónyuge administre sus bienes de forma independiente, pero en caso de disolución del matrimonio, ambos tienen derecho a participar en las ganancias obtenidas por el otro durante la unión.
En la mayoría de las comunidades Autónomas rige por defecto el régimen de sociedad de gananciales, a excepción de Cataluña y algunas partes de Baleares y Valencia donde, rige por defecto el de separación de bienes, sin embargo, es libertad de los cónyuges el elegir que en su matrimonio se rija por un régimen u otro, los cónyuges antes, o durante el matrimonio deberán pactar la aplicación de otro régimen distinto al de gananciales, lo cual se hará ante notario y en escritura pública que deberá ser registrada en el Registro Civil. Además, hay que tener en cuenta que durante la vida del matrimonio se puede cambiar a uno u otro régimen las veces que se desee.
El aconsejar un régimen legal u otro dependerá de la situación personal, antecedentes previos al matrimonio, etc. de cada uno. Desde mi punto de vista, sin embargo, el más beneficioso es el de separación de bienes, ya que da más independencia económica a cada cónyuge, si la relación es buena no habrá problema en alcanzar un acuerdo en pagar a partes iguales los gastos, y sobre todo si uno de los dos es autónomo o empresario o simplemente se generan deudas durante el matrimonio, las deudas que se puedan generar no afectarán a la economía del otro cónyuge.
Sin embargo, desde el punto de vista del matrimonio, donde solo uno de los cónyuges trabaje o haya grandes diferencias de ingresos, el que no trabaje o tenga menos ingresos se verá sin duda beneficiado por el régimen de gananciales.
Lo primordial es una vez entregado el anillo de compromiso y puesta la fecha para el matrimonio, sentaros y decidir libremente sin prejuicios del tipo, "no te fías de mi amor, y piensas que solo te quiero por tu dinero", porque como se está comentando, el haber acordado un régimen u otro tiene grandes ventajas en situaciones incómodas, habiendo llegado a darse el caso de cónyuges que ven embargada su nómina por una deuda de su otro cónyuge.
Parejas de hecho y su reconocimiento legal
En la actualidad, no todas las parejas formalizan su relación mediante el matrimonio. "Cada vez son más las que optan por registrarse como parejas de hecho, una figura legal que varía según la comunidad autónoma y que ofrece ciertos derechos y obligaciones, aunque sin la equiparación total con el matrimonio. Entre las diferencias principales, destaca la regulación en términos de herencia, pensiones y fiscalidad", apunta el abogado José Cortés. Una de las principales diferencias, es que, en las parejas de hecho, no existe ningún régimen económico, existiendo, por tanto, una total independencia económica entre los miembros de la pareja de hecho, hasta el punto de que, llegados a una separación, la división del patrimonio que hubieran podido construir durante su relación sería tratada como una copropiedad entre terceros independientes, a excepción siempre de la que sea la vivienda habitual.
Aspectos a tener en cuenta
Igualmente, debemos tener en cuenta, lo cual se suele dar en muchas ocasiones, que la existencia de un régimen u otro en el matrimonio, no afectará a la hora de solicitar pensiones o ayudas por parte de uno de los cónyuges, y es que nos hemos encontrado en el despacho circunstancias en las cuales cónyuges casados en régimen de separación de bienes, a la hora de solicitarse por alguno de los cónyuges algún tipo de ayuda o prestación en la que se tienen en cuenta los ingresos, la Administración siempre va a tener en cuenta los de la Unidad familiar, es decir, de todas las personas que viven en el mismo domicilio, independientemente del régimen económico en el que se encuentre el matrimonio.
San Valentín es una oportunidad perfecta para celebrar el amor, pero también puede ser un buen momento para reflexionar sobre las implicaciones legales de la vida en pareja. Decidir cómo gestionar el patrimonio común y conocer los derechos y obligaciones de cada régimen puede evitar conflictos en el futuro y fortalecer la relación con transparencia y confianza.
El romanticismo y el derecho pueden parecer mundos opuestos, pero van de la mano en la construcción de un futuro estable. Así que, este Día de los Enamorados, además de flores y cenas románticas, ¿por qué no dedicar un momento a hablar del futuro legal de la relación? Un amor bien gestionado desde el punto de vista legal es también un amor con bases sólidas.
