El concejal de Urbanismo, César del Espino, considera que el ayuntamiento de Lucena tendrá que acometer el próximo año alguna actuación de conservación y mantenimiento en el edificio histórico de los antiguos "alfolíes" –almacenes de grano– popularmente conocidos como "La Tercia", en el paseo del Coso.
El inmueble presenta daños en sus cubiertas, que incluso han provocado un hundimiento puntual que será tratado de forma inmediata para evitar que pueda ir a más o generar filtraciones de agua de lluvia en el interior.
El edil de Obras y Servicios Operativos ha indicado que "de una parte, hay que intervenir de urgencia para impedir que entre el agua, y de otra, necesitamos un proyecto de intervención más general que incluya la reparación de esos tejados" para evitar daños mayores en un inmueble cuyos forjados y techumbres están realizados con materiales pobres como madera y rollizo de cañizo. Este asunto ya fue puesto de manifiesto en la última sesión plenaria por el grupo municipal de Vox.
César del Espino ha señalado hoy que la intervención, presenta un problema adicional, dado que el edificio es poco accesible, al encontrarse rodeado de otros inmuebles de propiedad privada. De hecho el ayuntamiento tuvo que adquirir en su día una cochera para poder entrar tras su compra en marzo de 2017.
El ayuntamiento tuvo que satisfacer entonces 595.885 euros por esta compra, para hacer frente al justiprecio establecido por la Comisión Provincial de Valoración para la expropiación forzosa del edificio, un inmueble de tres plantas, baja más dos, con una superficie de 800 metros cuadrados. A esa inversión se sumaron los 107.000 euros del mencionado acceso exterior desde El Coso.
UN EDIFICIO CON HISTORIA
El edificio, vinculado a la casa ducal de Medinaceli, tuvo durante dos siglos un uso de almacén de grano, como aún atestiguan algunos de los elementos que conectan sus distintas plantas. Hasta ahora estaba integrado en una vivienda, de la que ha sido segregado. De planta basilical, sus características permiten ubicarlo en el estilo barroco tardío, y pudo ser edificado en su estructura actual en la primera mitad del siglo XVIII. Tiene planta rectangular, dividiéndose en tres naves, separadas por gruesos pilares rectangulares con esquinas achaflanadas y cubiertas por bóvedas de arista. El acceso se hace a través de una portada de piedra de arco de medio punto ante la cual hay un cuerpo, de longitud similar a un tramo de la nave, y del que arrancaban las rampas del patio por las que accedía el ganado. La primera planta fue dañada en la Guerra Civil, siendo reconstruida posteriormente, perdiéndose entonces el acceso para los animales de carga. Bajo la primera planta se conserva una red de cámaras de aire de la que se desconoce su extensión y función concreta.
El inmueble goza de protección integral, por lo que el ayuntamiento no solo viene obligado a comprarlo, sino también a mantenerlo, sin que por el momento se vislumbre uso alguno para el mismo, después de que el consistorio haya rehabilitado en los últimos años los palacetes de los Condes de Hust como biblioteca, y de los Condes de Santa Ana, antiguo juzgado y hoy Centro de Interpretación de la Ciudad, y, más recientemente, la Casa de los Mora, un antiguo convento dominico que se usó tras su desamortización como bodega.
