Las obras de restauración de la espadaña de la iglesia de Santiago en Lucena continúan su cauce, enmarcadas en un proyecto de restauración más extenso del exterior del templo gótico-mudéjar.
La restauración de la torre-espadaña, en marcha en la actualidad, consta de tres fases: limpieza de los elementos que la componen, consolidación de estos elementos y de la estructura, y protección de los trabajos realizados. El párroco de Santiago, Francisco de Asís Roldán Alba, ha informado a este medio de que las obras de la torre-espadaña, que cuentan con un presupuesto en torno a los 90 000 euros, está previsto que concluyan entre diciembre de 2018 y enero de 2019.
Tras esta intervención tendrá lugar la restauración de la portada principal, para la que aún no hay fecha, pues tanto la recuperación de la torre-espadaña como la portada se llevan a cabo con cargo a los presupuestos del Obispado de Córdoba. Con respecto a la portada, la imagen del apóstol tuvo que ser retirada hace unos años, durante unas labores de rehabilitación del templo, pues el peso de la escultura pétrea estaba alterando la estructura del dintel de la puerta. La imagen de Santiago será devuelta a su lugar una vez se acometa la restauración de la portada principal.
Previamente, la iglesia vio mejorada su accesibilidad por la calle Santiago, donde se sustituyeron los escalones de la portada por una rampa de mármol, rebajando también el portón de entrada y modificando la anchura de los postigos.
La iglesia
La iglesia de Santiago está ubicada en el barrio homónimo de la localidad lucentina. Su cercanía a la judería ha hecho que durante mucho tiempo se haya considerado su origen como sinagoga judía, pese a que existen archivos que señalan su construcción a cargo de Garci Méndez de Sotomayor, tío del I marqués de Comares, don Diego Fernández de Córdova, según indica en su testamento a finales de 1506: "fundé, edifiqué a mis propias expensas e gastos la dicha iglesia de Santiago, dentro de la dicha villa de Lucena".
Construida inicialmente en estilo mudéjar (una adaptación estilística de las técnicas del arte islámico a los estilos cristianos, casi exclusivo de los territorios de la Reconquista), el terremoto de 1755 y la reconstrucción posterior del templo provocaron un cambio estilístico más cercano al neoclasicismo.