El ayuntamiento recepciona el palacete de la calle Condesa Carmen Pizarro, en el que estudia ubicar un hotel o el museo Lucena Judía

La compra de este edificio es la tercera de sus características a la que se ve obligado el ayuntamiento, tras la de las antiguas Bodegas Víbora y la de la mal llamada "Tercia", en El Coso, unos antiguos "alfolíes" o almacenes de grano vinculados a la Casa de Medinaceli.

14 de Junio de 2018
Casa Calle Condesa Carmen Pizarro
Casa Calle Condesa Carmen Pizarro

El ayuntamiento baraja dos posibles usos para el palacete barroco situado en el número 8 de la calle Condesa Carmen Pizarro, que desde la pasada semana es ya de titularidad municipal tras completarse el proceso de expropiación del inmueble en los términos establecidos por la Comisión Provincial de Valoración.

Según ha indicado el concejal de Urbanismo, José Cantizani, las principales alternativas en estudio son las de ubicar en el edificio un hotel urbano que venga a incrementar la oferta de alojamientos de calidad en la ciudad. En este caso el ayuntamiento cedería el edificio mediante una concesión administrativa para dicho uso y sería una empresa la encargada de la explotación del mismo a cambio del pago de un canon. Desde hace un par de años el equipo de gobierno ha venido evidenciando la necesidad de incrementar la oferta hotelera de Lucena, muy menguada tras el cierre del Hotel Prestige Lucena y el hotel Baltanás, por lo que la ubicación de un nuevo establecimiento en un edificio histórico en pleno centro de la ciudad podría ser una alternativa plausible.

La segunda opción sobre la que se trabaja sería la de instalar en el edificio el museo dedicado al pasado judío de la ciudad, un proyecto recientemente debatido en el seno de la Mesa Técnica del proyecto 'Lucena Judía'. Cabe recordar en este sentido que recientemente el concejal de Patrimonio y Turismo del Ayuntamiento de Lucena, Manuel Lara, indicaba en el pasado mes de abril que el legado judío de la ciudad "merece un edificio para él", más allá de la intención inicial de ubicar una "Sala Judía" en el Palacio de los Condes de Santa Ana, prevista en el plan funcional de este edificio municipal y del Museo de la Ciudad que albergan sus muros. Lara ya apuntó que el ayuntamiento dispone actualmente de distintos inmuebles que podrían albergar este nuevo museo histórico, entre los que reseñó el edificio de la calle Condesa Carmen Pizarro, los antiguos "alfolíes" o almacenes de grano del Coso, vinculados a la Casa de Medinaceli, o incluso las Bodegas Víbora. Este museo reforzaría los recursos locales vinculados al pasado judío de la ciudad, del que apenas existen vestigios arquitectónicos, aunque si abundantes referencias bibliográficas y literarias de autores de la época y posteriores que definen a Lucena como «Perla de Sefarad».

En cuanto a la operación de expropiación, el Ayuntamiento ha satisfecho la cantidad de 576.113 euros fijada por la Comisión Provincial de Valoración, incluido el 5% de premio de afección y los intereses devengados. Del asunto se dio cuenta ayer en la Comisión Municipal de Urbanismo, en la que se manifestaron algunos reparos sobre la entrega del inmueble.

 

EL INMUEBLE

Este palacete, ocupado como vivienda en su planta superior durante las últimas décadas y utilizado como local de copas en planta baja, aparece definido en el Plan General de Ordenación Urbana como "antiguo palacio, modificado el interior, que comunica con la antigua Tercia, con fachada de dos plantas, bastante modificada en planta baja donde se abre una puerta adintelada entre pilastras y balcón en planta principal a eje con la puerta y cierre" que responde a características constructivas y estilísticas del estilo Barroco pleno, fijando su construcción entre los siglos XVII y XVIII. La misma ficha urbanística indica que "la fachada, de fábrica de ladrillo, está bien resuelta, siendo una muestra más del barroco civil lucentino" y destaca como elementos de interés del inmueble "la portada y huecos de planta alta con sus elementos decorativos".

La compra de este edificio es la tercera de sus características a la que se ve obligado el ayuntamiento, tras la de las antiguas Bodegas Víbora y la de la mal llamada "Tercia", en El Coso, unos antiguos "alfolíes" o almacenes de grano vinculados a la Casa de Medinaceli.

En el marco de esta "actuación aislada" definida en el PGOU aún figura la obtención de dos pequeños patios que garantizan la conexión interior entre el edificio de los alfolíes y el ahora recepcionado. El primero es un patio usado por una comunidad de vecinos colindante y está incluido en la misma actuación urbanística, por lo que habrá de ser expropiado, mientras que el segundo, no se incluye en el proyecto pero su paso a titularidad pública es también objetivo municipal.

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