Esta mañana se han puesto en marcha los trabajos de desmontaje del jardín vertical del ayuntamiento de Lucena. Los operarios han iniciado la eliminación de los parterres hidropónicos situados en el lateral de acceso a la Plaza Nueva, en lo que supone la desaparición de este polémico elemento decorativo de 250 metros cuadrados de superficie, que formaba parte del proyecto de remodelación de la calle Julio Romero de Torres, llevado a cabo en 2014 en el marco del Proyecto de Regeneración Socioeconómica del Centro Histórico de Lucena, financiado con fondos europeos.
El concejal de Obras, Javier Pineda, ha señalado a LucenaHoy que se trata de una primera fase, que consistirá en la retirada de todos los elementos de vegetación y que está ejecutando la misma empresa que se ha venido ocupando de su mantenimiento, aprovechando que su contrato finaliza en febrero.
Posteriormente, será necesario contratar a una segunda empresa para la eliminación de todos los soportes y estructuras internas del jardín y la restitución de los muros a su estado original, labores para las que los presupuestos municipales 2024 reservan un presupuesto de 30.000 euros.
MÚLTIPLES CRÍTICAS
Aunque la imagen inicial del jardín suponía un cambio radical respecto al aspecto original del edificio, los malos olores que desprendían en algunas épocas del año algunas de las casi 20 especies vegetales plantadas en el mismo pronto empezaron a generar las primeras críticas, que se fueron acentuando en los meses siguientes, a medida que el novedoso jardín hidropónico –la planta se desarrolla únicamente en agua, a la que se aplican todos los nutrientes necesarios– empezó a perder parte de su esplendor, se acentuaron los olores en el interior del ayuntamiento y en su entorno y se produjeron los primeros problemas de filtraciones de agua en la casa consistorial.
En abril de 2018, tras otro episodio de olor a "ajoporro" y una nueva inundación de las instalaciones municipales, el asunto llegó al pleno, solicitando algunos grupos políticos la retirada de este elemento decorativo. Sin embargo, el equipo de gobierno optó por mantenerlo, procediendo a la externalización del mantenimiento y la impermeabilización de la estructura de riego que, a priori, debía ofrecer "una garantía total de que no se producirán nuevas filtraciones", aunque el equipo de gobierno socialista ya planteaba la posibilidad de eliminarlo definitivamente.
Nuevas inundaciones y daños en el consistorio en los últimos años terminaron por volcar a la opinión pública hacia la opción de eliminarlo y algunos partidos, como el PP, lo incluyeron en sus programas electorales como actuación inmediata, certificando el final de una intervención que ha dado más problemas que satisfacciones y que desde hoy empieza a ser historia.
