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Dos de los estandartes del PP, los gobiernos de Madrid y Valencia, puestos por Rajoy como ejemplo a seguir, se han visto obligados a confesar que ocultaron el descuadre de sus cuentas, motivo por el cual la UE enviara inspectores para comprobar si hay más descuadres en las cuentas de Rajoy. Después del griterío sobre el engaño en las cuentas de Zapatero ahora resulta que el engaño estaba dentro del propio PP.
Rajoy reivindico en Marzo la fijación del déficit como un acto de soberanía nacional para pasar seguidamente a fijar ese objetivo según instrucciones de Bruselas, hizo los presupuestos más duros de la democracia, perpetro un recorte adicional de diez mil millones de Euros (fundamentalmente en sanidad y educación), ha nacionalizado Bankia destruyendo un mito del PP como Rato, ha concedido una amnistía a los defraudadores fiscales, efectuado dos reformas financieras abriendo la puerta a un banco malo posibilidad que siempre ha rechazado y renunciado al valor de su palabra haré cualquier cosa que sea necesaria, aunque no me guste y aunque haya dicho que no lo iba a hacer, señaló en Onda Cero.
No contento con ello ha entregado a Europa la cabeza del Gobernador del Banco de España, desacreditando con ello totalmente a la entidad, y ha dejado en manos de compañías extranjeras (con sus propios intereses) la evaluación del sistema financiero español que será supervisado, en última instancia, por el BCE.
El destrozo de Caja Madrid, Bancaja y otras cajas menores es el resultado de una forma de entender la política como una simbiosis entre finanzas, ladrillazo y poder, llevada a cabo durante más de una década por los gobiernos autonómicos del PP en Valencia, Murcia, Baleares y Madrid.
No obstante, los portavoces del PP, inasequibles al desaliento, cada vez que tienen un micrófono delante proclaman a los cuatro vientos que la culpa de que Rajoy haya renunciado al valor de su 'palabra', que el PP haya incumplido todas y cada una de sus promesas electorales, que la economía esté cada vez peor, que Bankia haya quebrado, que Argentina o Bolivia nacionalicen empresas españolas o que Valencia y Madrid hayan mentido sobre su déficit es, como no, de Zapatero.
Por J. M. Roldán
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