"Yo voté sí a la Constitución, hoy ya no es la mía", por Juan M. Roldán

07 de Diciembre de 2013
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Si, voté sí en el referéndum de la constitución, era joven, tenia ilusión, creía en lo que decían los políticos, creía que ellos también creían en lo que decían, pensaba que el futuro sería mejor. Era joven, era candido, aun no había aprendido que, en política, la realidad nada tiene que ver con la ilusión.
 
Voté sí, la vida siguió, la política era lo de menos, cercana pero a la vez lejana, cosa de políticos, del telediario, del café de la mañana o del cubata de la tarde, acodado con los amigos en la barra del bar. Confiaba en ellos, en lo que hacían, en lo que decían. El trabajo, el matrimonio, las responsabilidades, la realidad del día a día, la lucha, el éxito, el fracaso, el amor, el desamor, la vida, era joven, creía en ellos, en lo que hacían en lo que decían, tenía bastante viviendo, el futuro sería mejor, yo les votaba, ellos se ocupaban.
 
Los presidentes se sucedieron, Suárez, Felipe, Aznar, Zapatero…. En algún momento, con Felipe, hacia el final, se perdió la inocencia, muchos que se decían socialistas resultaron ser arribistas, aprovechados, sinvergüenzas, cara duras. Llegaron para servirse y se sirvieron, los ideales se marchitaron, la realidad se impuso, deshonraron el socialismo, pero la vida y la ilusión seguían, los arribistas serían desenmascarados, marcados, expulsados, el socialismo se los sacudiría, el paso por la oposición lo sanaría.
 
Llegó Aznar hablando catalán en la intimidad, una luz de esperanza. ¿Había cambiado la derecha? No, vana esperanza, solo disimulaba, volvió a ganar, esta vez por mayoría, hablando castellano, mostrando su verdadero rostro, el ordeno y mando, el verdadero Aznar, la verdadera derecha, gobernó, se endioso, lo que quedaba de inocencia política se marchitó, jamás volvió.
 
Aznar se fue, lo echamos, llego Zapatero, otra vez la esperanza, días de vino y de rosas, pero no, al final otra vez vana ilusión, no supo o no pudo, se esperaba mucho de él, no pudo ser, cargó con toda la culpa, posibilitó a Rajoy y Rajoy llegó, gobierna, en nuestras carnes lo experimentamos, lo sentimos, lo pagamos. Hoy, 35 años después, la vida sigue, Rajoy gobierna, manda, dispone, es la derecha. Hoy la constitución es suya. No, hoy no votaría sí a ésta constitución. Fue la mía, la voté, me ilusionó, el tiempo ha traído desengaño, la han prostituido, ya no es más que un mero formulismo, algo que se utiliza para amordazar, para coartar, para quitar en su nombre la libertad, se han adueñado de ella, no, ya no es la mía.
 
Hoy, como hace cien años, como mi admirado Antonio Machado escribió, España, la de hoy, la de siempre, al españolito que viene, ha de helarle el corazón.
 
Juan M. Roldán
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