.
Los políticos que administran un país no irrumpen en la escena pública por arte de magia ni acceden al poder provenientes de algún lugar remoto. Todo lo contrario. Los mandatarios de cada estado son un reflejo del nivel y del modo de vida de la sociedad que gobiernan. Y España no es una excepción.
Durante estos tiempos de escándalos referentes a los ERE andaluces, al Gürtel valenciano o al Palma Arena balear, la población se escandaliza ante la perversión de los políticos y dedica sus más ocurrentes insultos a dirigentes como Griñán, Camps o Matas.
La corrupción en estas altas esferas sobrepasa la imaginación de cualquier ciudadano y condena al político de turno al linchamiento público y a la posible condena judicial; en raros casos devuelven lo malversado. Pero estos hechos tan solo son la cúspide de una pauta frecuente en España que en esos núcleos de poder explosiona con virulencia.
En esta España de la picaresca, está extendido el pensamiento de que hay que estafar a Hacienda en la medida de lo posible. No se considera al erario público depositario del bien común y garante de la solidaridad nacional. El sentimiento patriótico se reserva para festejar con vehemencia el gol de Iniesta en Sudáfrica.
Facturas que no se declaran, engaños al Estado en los sueldos que se perciben para ser acreedores de becas más ingentes o con el objetivo de acceder a tal o cual centro educativo, horas extras que no se computan en la economía de las empresas, bajas fraudulentas o alquileres sin contrato. Incluso se ridiculiza a aquel que sí cumple rigurosamente con los impuestos estipulados. El triunfo de la corrupción a pequeña escala aderezado a base de ráfagas de egoísmo.
Una generalización sin fundamento desmonta cualquier tesis, pero los comportamientos anteriormente mencionados se palpan en muchos rincones de España. Y si en Andalucía el robo de los ERE ha adquirido dimensiones elefantiásicas y ha roto cualquier récord español, se convierte en obligatoria una profunda reflexión entre los habitantes de nuestra comunidad.
Manuel González García
Twitter: m_gonzalezgcia
.
.
