Me llena de indignación esta noticia. El Confidencial la da con cierta amplitud, pero al final, de modo que casi pasa desapercibida. Me fijo en la fecha, 4 de mayo, el día en que se juega la eliminatoria del Real Madrid-Manchester City y que toda España está pendiente de otros temas igual de importantes. Compruebo que otros medios no la recogen y ni prensa ni cadenas televisivas la mencionan. Dice el digital:
"La historia de degradación del polémico mando de la Guardia Civil de Málaga llega a su fin con su expulsión oficial del Cuerpo siete años después de su primer cese y tras ser condenado por provocar, ebrio y drogado, una colisión con tres muertos"
La primera faena (2013).- Comenzó hace nueve años cuando el sargento Miguel C.L. irritó al pueblo de Tolox (Málaga) al denunciar por alteración del orden público a quienes no siguieron las nuevas directrices impuestas por el sargento en la "cohetá", una tradición de siglo y medio que consistía en tirar algunos cohetes a la salida de la procesión de San Roque. Los vecinos denunciados se cabrearon y una murga sacó una coplilla criticando al sargento y éste, furioso, arremetió contra el letrista y lo amenazó y agredió delante de su familia, que a su vez denunciaron al sargento y poco después fue trasladado a un nuevo destino.
El primer delito grave (2014).- El sargento conducía, al parecer ebrio, su propio vehículo cuando colisionó violentamente con otros turismos. Tuvo que ser auxiliado para salir de su coche y, aunque fue advertido de que tenía que esperar al equipo de atestados, el "se fugó del lugar con el propósito de evitar la práctica de la prueba de detección alcohólica y drogas". No obstante, los síntomas eran tan evidentes que la autoridad judicial consideró probado que el sargento provocó el siniestro al circular a velocidad excesiva y bajo los efectos de bebidas alcohólicas, por lo que lo condenó a un año y medio de prisión por un delito contra la seguridad vial, con lo cual no llegó a pisar la cárcel.
Tres delitos graves con resultado de muerte (2017).- Circulando a149 km por una vía limitada a 100, cerca de Torremolinos, invadió el carril derecho impactó con un primer vehículo y después chocó con un taxi, provocando la muerte de tres ocupantes y 9 personas heridas de distinta consideración.
El juzgado de lo Penal num. 10 de Málaga consideró probado que el sargento había ingerido bebidas alcohólicas y una alta dosis de cocaína antes de ponerse al volante. Fue considerado autor de tres delitos de muerte por imprudencia grave y otros nueve de lesiones imprudentes, por lo que fue condenado a cuatro años de cárcel y al pago de una indemnización de 1,5 millones de euros.
Esta resolución se conoció tres años después, en 2019. Pero han tenido que pasar otros tres años para que en 2022 sea expulsado oficialmente del Cuerpo. Durante ese tiempo ha formado parte de la Comandancia en Sevilla en situación de servicio activo. O sea, cobrando. Según el Confidencial, "la pérdida de condición de guardia civil no supondrá, en ningún caso, el pase del afectado a retiro y el tiempo de servicios cumplido le será considerado a efectos de la determinación, en su momento, de la pensión que le corresponda".
La Justicia sigue dictando sentencias muy desiguales según de quien se trate, pues leo este mismo día estas dos noticias más:
- La Audiencia P. de Madrid absuelve a dos guardias civiles acusados de abusar sexualmente de una joven en grupo, por no encontrar pruebas suficientes de que la relación no fuera consentida. (Eldiario.es)
- Santi Mina, jugador del Celta, ha sido condenado en Almería a cuatro años de cárcel por abuso sexual de una joven en 2017 y a indemnizarla con 50.000 euros, aunque lo absuelve del delito de agresión sexual por el que el fiscal pedía 8 años de prisión (El País)
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