.
Aunque mis posiciones políticas., como militante de PSOE, están muy alejadas de las de Juan Manuel Sánchez Gordillo no puedo por menos que reconocer que las últimas acciones de su sindicato (Sindicato de Trabajadores Andaluces S.A.T.) han puesto el dedo en la sangrante llaga que, se quiera o no, constituyen las decenas de miles de personas que, en aras del sacrosanto liberalismo, han siso abandonadas a su suerte por el estado.
Dichas acciones, llevadas a cabo en sendos supermercados en Osuna y Arcos de la Frontera respectivamente, son sin duda un aldabonazo para señalar que, adentrados ya en el segundo decenio del siglo XXI y en Europa Occidental, hay personas que no tienen asegurada una comida diaria.
La reacción de la derecha más casposa, retrograda y meapilas no se ha hecho esperar y por boca de los ministros de interior y justicia, alarmados por que unos sindicalistas dejan de pagar, para repartir entre otros mucho más necesitados, unos alimentos básicos, tocan a arrebato para que las fuerzas del orden y la judicatura metan en cintura a tamaños maleantes que se atreven a poner en cuestión el sacrosanto principio de la propiedad privada sin que por otra parte hayamos visto a los ministros ponerse al frente de la manifestación por los casos de corrupción de los mandamases políticos y económicos, en cuyo caso y a pesar de que se trata de cientos cuando no de miles de millones, no se les ha oído clamar de forma inmediata para que sean detenidos y la fiscalía actué sin dilaciones.
El Sr. Sánchez Gordillo es el dedo que señala la injusticia y solo los estupidos o los interesados miran al dedo y no a lo que señala, la injusticia. Lo importante no es que se dejen de pagar, en un caso puntual y propagandístico unos alimentos básicos valorados todo los más en unos centenares de euros, lo importante es lo que se denuncia con tal actuación. Lo importante es que, mientras hay personas que pasan hambre, cientos de toneladas de esos alimentos se tiran simplemente a la basura.
Como dice el Evangelio, del que son públicos y significados seguidores tanto el ministro del interior como el de justicia, por sus hechos los conoceréis. Si Jesús de Nazaret aun anduviese entre nosotros no me cabe duda de que, a cada uno, por sus hechos lo conocería.
.
.