España está dislocada, sin arreglo. Cada día más disparates y más injusticias contra los de abajo. Hace poco me ocupé del vergonzoso caso protagonizado por Hacienda contra el Hogar del Pensionista del pueblo de la Viña (Murcia), a quien se le abrió expediente sancionador porque, un día a la semana, sus miembros se venían reuniendo y celebraban un sorteo de bingo a 10 céntimos el cartón, y cuyos premios desorbitados (0,50 la línea y 2 euros el bingo) se dedicaban para hacer dos comidas extras colectivas al año. Hacienda les acusaba de ejercer una actividad ilegal y lucrativa.
Pues bien, esta otra noticia está recién salida y es tan aberrante que puede trastornar hasta la persona que se crea la más serena del país. Me dispongo a comentarla.
Una profesora jubilada ha sido sancionada por Hacienda con 23.000 euros por colaborar dando clases de manualidades en la Universidad Popular de Ossa de Montiel (Albacete). Ante esta barbaridad, el Director de la Universidad ha declarado que, en el año 2009, el centro educativo consultó con Hacienda este proyecto y que le respondieron que no habría problema ninguno puesto que serían dos horas de clase a la semana y que cobraba entre 50 y 91 euros. La actividad docente se estuvo impartiendo durante dos años y nunca se quiso quebrantar la ilegalidad, puesto que la pensionista declaraba estos "altos ingresos extras" que le suponían 1.100 euros cada mes lectivo.
Pues nada. Esto es demasiado y ahora, 4 años después, le llega a la jubilada una sanción de 23.000 euros por esta actividad lucrativa. Al principio, la ex-docente pensó que se trataba de algún error administrativo o informático y recurrió, pero la sanción ya es firme y tendrá que pagar los 23.000 euros. Eso sí, Hacienda, que mira mucho por los débiles contribuyentes, le ha autorizado a pagarla en cómodos plazos de 636 euros mensuales. O sea, que "la infractora" estará 3 años pagando esta multa tan merecida.
Es otra vergüenza más que nos ahoga. En esta España, en donde los 60 potentados de las tarjetas black, como Blesa, Rato y compañía todavía siguen sin sanción firme por los fraudes cometidos durante sus años de despilfarro; en donde Hacienda dió por buenas las facturas falsas de Urdangarín y Aizoon, y en donde el rosario de chorizos-contribuyentes le da varias veces la vuelta completa al país, son los pensionistas, como esta jubilada, el blanco de las investigaciones que hay que dirigir con la mayor eficacia. Y con gran urgencia, porque la situación de las arcas públicas requiere que todos colaboremos y hay que dar ejemplo, empezando por todos los pensionistas. Esto es justicia. En esto también somos los que más crecemos en Europa. Qué vergüenza.
Más artículos de Alfonso Jiménez en su blog "La Carpintería": http://alfonjimenez.blogspot.com.es