Noticia también terrible

Alfonso Jiménez
Escritor
25 de Mayo de 2017

La espantosa noticia del reciente atentado terrorista perpetrado en Manchester, con el trágico resultado de 22 víctimas mortales y 59 heridas muy graves, ha indignado con razón al mundo entero, pero ha ocultado lógicamente una noticia terrible ocurrida en España, a la que los medios patrios no han prestado atención alguna. Es la siguiente:

Una pareja de ancianos septuagenarios han sido encontrados muertos y en parte devorados por sus propios perros en una parcela rural de Llucmajor (Mallorca). Al parecer, la pareja hacía dos meses que había fallecido, período en el que nadie se había interesado por ellos. Su propia hija no tenía contacto con sus padres desde Navidad.

Según las primeras investigaciones, se rechaza la hipótesis de muertes violentas y la causa podría ser solamente natural: primero debió morir el varón y días después la mujer, enferma de alzheimer y totalmente dependiente del marido.

La concejal de servicios sociales de la localidad ha descartado cualquier tipo de responsabilidad en el suceso, manifestando que el matrimonio había rechazado la ayuda a domicilio o teleasistencia, y ha afirmado que no se puede forzar a ningún mayor a aceptar servicios contra su propia voluntad.   

Ante un hecho así, cabe preguntarse. ¿Nadie tiene responsabilidad alguna por estas muertes? ¿Cómo es posible que ni hijos, ni amigos ni vecinos hayan echado de menos durante varios meses a esta pareja de ancianos? A pesar de no haber aceptado ayuda de los servicios sociales, ¿no deberían éstos haber hecho siquiera una llamada telefónica semanal interesándose por su salud?

Los cadáveres de los ancianos fueron hallados totalmente destrozados  por los siete perros que albergaban en su parcela y que, ante la falta de otros alimentos, devoraron la mitad de los cuerpos de sus  dueños para subsistir. De hecho hasta dos de los canes también habían muerto y los cinco restantes presentaban un estado tan famélico que no se podían tener en pié.

Para pensar y gritar. Estamos viviendo en una sociedad deshumanizada y rozando unos límites de egoísmo y crueldad intolerables. No nos permitimos dejar a los niños sin los juguetes de nueva creación; nos parece natural que nuestros adolescentes disfruten de los móviles de última generación; estamos en contacto permanente, via whasapp, con nuestros amigos y colegas, pero existe un descuido y aislamiento vergonzoso hacia muchos de nuestros mayores, que son quienes nos han dado sustento y dedicación durante años y años.

Los ancianos de Llucmajor son la prueba dolorosa del abandono más tremendo. Hasta su hija llevaba cinco meses sin contactar con ellos. Han muerto solos y devorados por sus perros. ¿Quién da un ejemplo peor?

 

Puedes leer más artículos de Alfonso Jiménez en su blog, "La Carpintería", picando en este enlace: http://alfonjimenez.blogspot.com.es/

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