Tres días después de que el actual Gobierno afirmara haber logrado por fin la confianza de los mercados y un sonado rescate que, cosa extraña, ha hecho que la prima de riesgo toque hoy los 544 puntos, (a niveles casi de quiebra), y diez minutos después de que Angela Merkel haya dicho que, tras el rescate, "España debe seguir con duras reformas como Grecia y Portugal", pocos motivos hay para el optimismo.
Ante este triste panorama, resulta ligeramente alentador conocer la noticia de que un equipo de investigadores norteamericanos está a punto de lograr una vacuna contra la coca, con la que será posible que los cocainómanos se desenganchen porque, tras ser inyectada en el organismo, la droga no les provoca los estímulos que les creaba antes y con ello abandonan el hábito.
Este mismo equipo también trabaja para otras vacunas contra el cannabis, el acohol y la nicotina, ya que el procedimiento es el mismo. Actúan neutralizando los estímulos que estas sustancias provocan y así dejan la droga, el vino o el tabaco porque no le producen atractivo alguno.
Todo esto parece magnífico, pero, metidos en vacunas, no sería mejor que, en lugar de una vacuna contra la coca, otra contra el alcohol y otra contra la nicotina, se lograse un solo producto eficaz para todas? Eso sería la vacuna total.
Para muchos expertos y sociólogos, la lacra de las drogas no tiene su origen en el que las consume, sino en el que trafica con ellas. Y está claro que el traficante lo hace por dinero. Casi todos los males de la humanidad tienen su raíz en el deseo incontrolado de riquezas, en la CODICIA. Decía el filósofo Epicuro, que "si quieres ser feliz no te afanes en aumentar tus bienes, sino en disminuir tu codicia".
Por dinero se estafa, se roba y se mata. Con el dinero se corrompe. A las drogas y a las armas se llega por dinero. El ser humano se vende por dinero. ¿No sería mas útil y eficaz crear una vacuna contra la codicia, contra el desmedido deseo de poseer, y así se libraría la humanidad de casi todos sus problemas?
Propongamos a los investigadores que sigan la tesis que Epicuro lanzó hace más de veinticuatro siglos. Si el procedimiento es el mismo y las dificultades similares, que ese equipo de investigación se ponga a trabajar en la dirección adecuada y vaya a por todas de una vez. Si los dejan, claro.
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