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En la antigua Grecia, cuna junto con Roma de nuestra civilización, cuando se efectuaba una pregunta que no tenia respuesta los filósofos solían contestar algo así como esto no es posible aclararlo y para ello utilizaban el termino ?????? en castellano aporía que según su diccionario significa enunciado que expresa o que contiene una inviabilidad de orden racional, es decir nada.
Pues bien, un vez puestas las palabras en su contexto y sabiendo su significado, podemos decir que el actual presidente del gobierno Don Mariano Rajoy Brey, en su reciente intervención ante la convención de su partido, se ha dedicado a formular en su discurso solo y exclusivamente aporías.
Puede parecer atrevida esta afirmación pero, como muy bien dice el evangelio, por sus hechos los conoceréis y a fe que por sus hechos los conocemos.
No es necesario hacer hincapié sobre sus promesas electorales que, tanto los que le votaron incondicionalmente, como los que lo hicieron en función de esas promesas, como los que no lo hicieron saben, a día de hoy, de la total y absoluta falsedad de las mismas, eso no es una opinión es un hecho incontrovertible, nada de lo que prometió ha sido llevado a la practica, a los hechos basta remitirse para que por si solos hablen.
Podemos acudir a la dialéctica, a la retórica, a la tergiversación, a todo aquello que se nos ocurra para defender la gestión, al frente del gobierno, de Don Mariano Rajoy Brey, pero lo cierto y verdad es que todas esas técnicas ceden en su comparación con la realidad.
La realidad es que los salarios han descendido al menos un diez por ciento desde que es presidente del gobierno, la realidad es que los enfermos crónicos tienen que hacer frente al pago, siquiera en una parte, del coste de su tratamiento ahora que gobierna, la realidad es que hay menos becas para los estudiantes desde que Don Mariano tiene la responsabilidad de gobierno, la realidad es que las pensiones ven mermado su poder adquisitivo gracias a su gestión, la realidad es que los pobres son más pobres al tiempo que la clase media se empobrece y los privilegiados lo son cada vez más desde que gano las últimas elecciones, la realidad es que la riqueza se reparte cada vez más injustamente al tiempo que los derechos civiles son reducidos a meros enunciados por obra y gracia de su ideario político, la realidad es que hay, desde que entró en la Moncloa, un millón largo más de desempleados, con el agravante de una mayor desprotección, la realidad es que antes de llegar a presidente del gobierno cotizaban a la seguridad social veinte millones de personas y ahora, con él como presidente del gobierno, lo hacen dieciséis millones, es decir cuatro millones menos, esa es la realidad, no hay otra salvo en el imaginario dialéctico del presidente del gobierno.
Sin olvidar que es un presiente del gobierno sobre el que recae la fundada sospecha de haber cobrado -el durante muchos años gerente y tesorero de su partido así lo afirma y aporta pruebas documentales- sobresueldos opacos a la hacienda pública y que se atreve a hablarnos de sacrificios, patriotismo y bien común sin haber despejado, plausiblemente, esas sospechas ¿Que hubiera sido de ese presidente de gobierno, en esas mismas circunstancias, en algún otro país de la UE?
Si, ahora que de nuevo se acercan elecciones (las Europeas están a la vuelta de la esquina), volvemos a oír falsas promesas, vemos como se intenta intimidar a la oposición ¿que clase de demócrata es el que manda de forma imperativa callar a la oposición?, bueno no es necesario contestar ¿acaso no sabemos de donde viene?- De nuevo la antigua cantinela de la herencia recibida después de dos años de gestión con el evidente resultado que a la vista de todos está- , de nuevo retórica hueca, cierre de filas y apelación al miedo o el PP o la nada exclama su secretaria general- en fin dado que lo que prometen, con fines exclusivamente electorales, es una evidente contradicción en sus términos a juzgar por lo hasta hora han ejecutado, podemos decir, sin temor al error, que el resultado de su intervención en la convención de su partido, es simplemente, salvo para sus conmilitones, una pura y dura aporía, dicho en Román Paladino NADA.
Juan M. Roldán