Impactos del pacto y el frustrado candidato popular

07 de Junio de 2011
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Cada uno es responsable de sus acciones, al menos debería serlo. La diferencia entre la acción de un ciudadano y la de un político es la dimensión de la responsabilidad, que en el caso del político es muy grande. Además un político debe tener equilibrio, elemento del cual carece en los últimos días el candidato popular Manolo Gutiérrez. Después del resultado electoral, el señor Gutiérrez ha intentado remover cielo y tierra con tal de sentarse en el sillón de la alcaldía lucentina, aunque este último término de lucentina le da igual porque a él lo que le interesa es mandar, ser alcalde sea donde sea. En primer lugar deseó pactar con Izquierda Unida, aún a sabiendas, de que sus votantes no querían un pacto con IU, a él le daba igual, la pela es la pela. Cuando observó que el grupo de izquierdas jamás pactaría con él (y digo él y no ellos, porque está absolutamente solo), empezó a criticarlos diciendo que era absurdo que no aceptaran su propuesta. De forma mucho más idealista y fantástica, fue corriendo a las puertas del PSOE, (con el cual ha EMPATADO a concejales), para según él, ser generoso y querer ser co-alcalde durante la próxima legislatura; “José Luis, dos años tú y dos años yo. . . y soy generoso”, y no puedo resistirme a pensar en el escritor Julio Cortázar; en los cuentos del autor argentino se manifestaba el elemento de la otredad, es decir, una escisión del ser, algo fantástico y mágico que irrumpe en el hombre para alterar su comportamiento normal, una heterogeneidad del individuo que le hace confundir los sueños con la vigilia. Gutiérrez me recuerda a esos cuentos fantásticos, mezcla sus sueños con la realidad, el candidato popular sufre un enfrentamiento interno que lo ha llevado al combate final, al enfrentamiento cara a cara con la propia realidad, ésa que lo saca de en medio y para siempre de la política lucentina, es decir, el pacto legal, lícito y moral que pudiera producirse entre los dos partidos de izquierdas de Lucena. Pero no se engañen, a él le da igual, ya le buscarán un hueco en la Diputación de Córdoba, el asunto es ser algo en política. Por eso me parece increíble que haya querido pactar con el PSOE, hasta tal punto que desbordaba simpatía con los del partido opuesto, todo era ideal hasta que de nuevo la realidad lo puso en su sitio, una vez que no era posible el pacto de lobo estepario del señor Gutiérrez, ahora todos son muy malos, nadie se merece la simpatía ingente que brotaba de él cuando quería pactar. Pero como recordaba el historiador conservador, (que imagino que alguno de la élite diestra habrá leído), Paul Johnson en su libro Tiempos modernos, la utopía y el gansterismo suelen ir de la mano. Gutiérrez tiene tal apego al sillón del Ayuntamiento que sería capaz de lo que sea con tal de estar ahí. Es normal que haya pactos, es normal que Gutiérrez quiera pactar a siniestra y siniestra (ya que a diestra y siniestra sería a derechas y a izquierdas y no hay nadie más a su derecha), pero también es oportuno que sus propios votantes, la gente que ha apoyado a Gutiérrez en las urnas, sepa que su lider ha querido pactar con quien sea, da igual si en las siglas pone IU o PSOE o cualquier cosa, sólo le interesa el poder, y si no ha conseguido mayoría absoluta con lo que ha llovido en España que piense en su retirada, o mejor que lo piensen por él no vaya a hacerse daño.

Punto y aparte se merece el artículo del nº 2 del PP, Morillo Velarde, donde dice que ha sido oposición y que seguirá siéndolo, eso está muy bien, lo primero es asumir lo que cada uno es. Por otro lado, no debería ser el señor Velarde tan pancartista con artículos como el publicado en el blog del PP en este medio, atribuyendo ideales de izquierdas y de derechas a quien le viene en gana. Creo que él no debería juzgar tanto al señor Villa por pactar, tal vez debería juzgarse a sí mismo cuando sabe perfectamente que estuvo mucho tiempo rondando al PSOE para estar en sus listas socialistas, una vez más el poder por el poder; por favor, vamos a ser serios.  Además, el Señor Velarde dice respecto a IU y al PSOE que son el hambre y las ganas de comer, muy bien, acepto el sainete, pero no se olvide de la tercera pata del banco, del PP lucentino y su ansia de comerselo todo, tanto a los hambrientos como a los saciados, el hambre es lícita, el ansia, un pecado. De todas formas no se preocupe tanto de los ideales de los ciudadanos, en un pueblo da igual el color de la camisa, en su caso, lleve usted la que lleve, estará bien vestido en la oposición.

Si quieren mandar saquen más de 11 concejales y si no, no se quejen más, porque si PSOE e IU pactan tendrán una mayoría técnica además de legal y lícita.
 
Jacob Lorenzo
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