Hablando con bobos

Alfonso Jiménez
Escritor
29 de Abril de 2016

Pablo Neruda fue un brillante enamorado de la palabra y cultivó lindamente la belleza verbal. En "Confieso que he vivido", el nóbel chileno hace un espléndido elogio a las palabras. He aquí unas líneas:

"Las palabras... Me prosterno ante ellas... Las amo, las persigo, las limpio, las pelo, las muerdo, las bebo, me las zampo, las disfruto... Una idea entera se cambia porque una palabra se cambió de sitio.... Todo está en la palabra".  

En lo literario, Neruda tenía razón. Pero los gobiernos, los políticos y personajillos de otras especies, que sólo leen el Marca, en lugar de dar brillo al verbo, aprendieron a disfrazar las palabras para hacer con ellas un uso truculento en muchas de las frases y mensajes que lanzan a la ciudadanía, a la que consideran ignorante y manipulable.  Veamos unos pocos ejemplos:

- Divorcio: ha sido trucado por un cese temporal de la convivencia (Casa Real).
- Desahucio:ahora es un procedimiento de ejecución hipotecaria (BdE).
- Pobres: no. Son personas en riesgo de exclusión social (Ana Mato).
- Crisis: no era tal, sino una desaceleración transitoria de la economía (Zapatero).
- Recortes: son reformas estructurales en sanidad, educación, etc. (Rajoy)
- Subida del IVA: un gravamen adicional, lo dijo el ministro De Guindos.
- Subida de impuestos: un recargo temporal de solidaridad, según la vice Soraya.
- Recesión: nos la trucaron por crecimiento negativo (P.Solbes).
- Rescate bancario: no. Fue una línea de crédito en condiciones ventajosas(Rajoy).
- Amnistía fiscal: son medidas excepcionales para incentivar la tributación de rentas no declaradas (ministro Montoro).

 La lista podría ser más larga, pero quiero concluir con las dos truculencias más indignantes que estas grandes figuras nos han querido colar pensando que somos profundamente bobos:

La primera fue el mayor disparate que salió de la mollera de la ministra Báñez, al intentar hacernos creer que la emigración forzosa de los jóvenes españoles era laboralmente "una movilidad exterior voluntaria".

La segunda locura tragicómica nos la dio la señora de Cospedal en aquella intervención memorable con la que pretendió convencer a toda España que el sueldazo asignado a Bárcenas  no fue una mordaza encubridora por los buenos servicios prestados, sino una "indemnización en diferido en forma de simulación".

Lo dicho. Todas estas lumbreras creen que están hablando con bobos. Desde luego, muy listos no somos, porque esos trucos les dan resultado.

Más artículos de Alfonso Jiménez en su blog "La Carpintería": http://alfonjimenez.blogspot.com.es

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