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Elegir suele ser una acción compleja, pues raramente se tiene la oportunidad de hacerlo entre opciones beneficiosas. A esto debe añadirse que no escojamos la adecuada, aunque sea la que más nos guste. Ya lo cantaba la Niña de los Peines con su estilo inigualable, como hoy no se hace:
En dos veredas iguales
yo me paro en la mejor,
si cojo la de mi gusto
ha de ser mi perdición.
yo me paro en la mejor,
si cojo la de mi gusto
ha de ser mi perdición.
Dando otra vuelta de tuerca a lo de elegir, habitualmente descubro en documentos, carteles y otros lugares (por ejemplo, la televisión) que no se «elige» bien como escribir «elige». Me explico.
«Elegir» es un verbo que en nuestro idioma se conjuga en presente (viene bien recordarlo) así:
Yo elijo.
Tú eliges.
Él elige.
Etc.
El problema estriba en que está proliferando la forma con jota *elije (con asterisco indico que es un error ortográfico), pues me la he encontrado así en más de cinco ocasiones en el último mes.
Si usted ha realizado un examen en cierta escuela de Lucena, es posible que le entregaran un papel donde te decía «*Elije una tarjeta». Bien claro, con jota. Esto me recuerda la anécdota que Fernando Lázaro Carreter refería en El dardo en la palabra, que recomiendo como buena lectura para el verano para aquellos que deseen reflexionar sobre nuestro idioma, acerca de un profesor de matemáticas que suspendió a un alumno por haber escrito «tangente» con jota y afirmaba rotundo que cualquier profesor que se exprese en español es profesor de español.
De igual modo, saliéndonos de lo educativo, si usted va a comprar a un conocido centro comercial de la zona observará que el cartel te lo afirma: «*Elije bien».
Pues eso. ELIJA bien y escriba «ELIGE», con ge siempre. No seamos indiferentes a estos atropellos de nuestro bien común que es la lengua castellana. No se puede evaluar conocimientos ni realizar una buena compra si no se expresa bien, pues parece que carece de importancia el modo de comunicarnos y en esto no hay opción posible.
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