.
Perpleja estoy, perpleja. Y además asqueada, indignada y desencantada de este mundo que hemos convertido en el antónimo del Paraíso Terrenal. Mundo deshumanizado, ambicioso y malvado.
Seguro que ese Dios al que nos aferramos ante la adversidad, será misericordioso con los que se suicidan porque no pueden soportar una realidad que les cierra los caminos para vivir con dignidad.
¿A qué viene esta rabia? Son muchas las razones que me han empujado a escribir una vez más, a pesar de que he decido dejar de hacerlo definitivamente.
Hace unos días, me comentaron que a las trabajadoras-es de una cadena de supermercados les obligaban a vender diariamente cierta cantidad de un producto (el que tocara) que, amablemente, las cajeras o cajeros ofrecen al consumidor al pasar la compra. Yo pensaba que era una manera de promocionar sus marcas, pero no. El fin es otro: Si no logran el objetivo IMPUESTO, al terminar la jornada son llamadas al despacho para recibir la consiguiente sugerencia, o se lo llevan a casa o se lo restan del sueldo.
A mí esto me creó duda, sin embargo he podido comprobar que es cierto. ¿Cómo? Mediante una sobrina política que trabaja en un pueblo de la provincia. Me lo ha demostrado y confiado como alto secreto, pero yo lo siento, la explotación, la esclavización y la injusticia no las encubriré JAMÁS.
Si hoy toca vender chocolate (por ejemplo), o lo venden o se lo comen, a riesgo de sufrir una monumental cagalera (con perdón); si toca vender diez botes de abrillantador de marca blanca, ya saben, o los venden o les queda el consuelo de sus casas que van a brillar más que los diamantes (de joyería). No entro en Diamantes de Sangre para no mezclar churros con potaje.
Si vas a otro supermercado te salen tropecientos tikets para la próxima compra: Descuento en dos latas de cerveza marca la retama, dos barras de pan gratis, 5 euros de descuento en la próxima compra (no inferior a 80 euros) y ha de ser el día 29 de Febrero; una pasta de dientes para que deslumbres al jefe (si telo encuentras) con una sonrisa destellante, de agradecimiento, mientras te cagas en toas sus mulas.
Mientras, los pobres hortelanos, ganaderos, agricultores
no pueden subsistir porque con la venta de la materia prima, no les llega ni para cubrir gastos.
Han tenido que cerrar muchas tiendas de barrio en donde el tendero te daba garantía, confianza y hasta de fiao. Pero han llegado los poderosos con los que no pueden competir y además son de otros países que, en ocasiones, han rechazado y dañado nuestros productos. Eso para colmo. Y nombro:
LIDL: empresa alemana.
ALDI: empresa fundada en Alemania.
CARREFOUR: origen francés.
DÍA: origen español.
MERCADONA: compañía española, con un logotipo: Mercadona, Supermercados de Confianza. ¡¡Menos mal!!
Son los esclavizadores del siglo XXI, sin látigos y sin golpes, con acoso, presión y agobio.
Lo último: me acaba de llegar un mensaje de una empresa de telefonía y copio tal cual: Publi: ¿quieres GANAR un ultrabook Sony Vaio? Entra aquí
.
Y yo me pregunto: ¿Qué demonios es este artilugio? ¡PANDILLA DE LADRONES!.
.