Un día más la amenaza de lluvia se erigió en gran protagonista de este Martes Santo. Pese a ello, en el caso de las dos cofradías que tenían prevista su salida desde la Parroquia de San Mateo la meteorología no pudo evitar que las hermandades pusieran sus pasos en la calle, siquiera para realizar un breve recorrido por la Plaza Nueva tras una larga y dura espera en el interior del templo, marcada por la incertidumbre.
Así, con dos horas de retraso sobre el nuevo horario señalado en los programas oficiales, cofrades y santeros tuvieron la oportunidad de ver abiertas las puertas de la iglesia aprovechando un paréntesis sin precipitaciones. La primera en salir era la Congregación de Ntra. Sra. de los Dolores "Servitas" y Cofradía del Stmo. Cristo de la Humillación, que ponía en la calle a sus titulares de forma esplendorosa.
El Cristo de la Humillación, que presenta a Jesús arrodillado después de la flagelación, en actitud de recoger su túnica, es obra del lucentino Pedro Muñoz de Toro y Borrego, en el siglo XIX. Le acompañan dos soldados romanos, obra de Ventura Gómez, que sustituyeron hace unos años a otros de peor factura. Fue su manijero en la breve estación de penitencia Juan Manuel García Montes. Por su parte, el paso de palio de la Dolorosa Servita, bellísima imagen atribuida a Blas Molner, reflejo del dolor de la Madre que acompaña a su hijo en el camino del Calvario, con la característica palidez de su semblante y su adusto aspecto de dolorosa castellana, tuvo como manijero a Antonio Redondo Álamos. Les dejamos algunas fotos del breve pero intenso desfile procesional por la Plaza Nueva en esta noche aciaga de Martes Santo en Lucena. Es un trabajo de Jesús Cañete Fernández.