A raíz de la pandemia, muchas empresas se han reinventado y han adaptado sus servicios a los nuevos hábitos de consumo. Es el caso de la Panadería y Pizzería Aracelitana de Lucena, cuyo local situado en la calle Federico García Lorca se ha convertido en el primer negocio de la provincia de Córdoba y uno de los pocos de Andalucía que poseen una máquina expendedora de pizzas artesanales sin limitación de horarios.
Según nos cuenta Juan Jesús Guardeño, gerente de este negocio familiar, "se trata de un servicio innovador a través del cual puedes conseguir de forma automática la misma pizza que nosotros ofrecemos, en cualquier momento del día y con un tiempo de espera inferior a tres minutos".
Esta maquinaria francesa consta de una cámara frigorífica con capacidad para 70 pizzas que se depositan cada día dentro de su propia caja. Una vez el cliente escoge el producto a través de la pantalla táctil de Pizzadoor, situado a la entrada del negocio, el mecanismo lo selecciona y lo desplaza hasta el horno.
Una vez dentro, el horno de calor rotativo calienta la base de la pizza, cocina y gratina los ingredientes del topping en pocos minutos. Ya horneada, la pizza se deposita en su correspondiente caja y la alfombra mecánica la desplaza hasta la salida, donde el cliente la recibe lista para consumir. Este es el resultado:
Juan Jesús Guardeño destaca las múltiples opciones y ventajas que ofrece este servicio, como por ejemplo el programa de fidelidad recompensado al cliente, que podrá adquirir sus pizzas al mismo precio que en el local, con las mismas promociones y elaboradas desde cero con la masa hecha de forma artesanal boleada a mano y de fermentación larga, siendo el horneado el único proceso que no se realiza manualmente. Además, al lado de esta máquina también se ha habilitado otra con bebidas y snacks.
"Este servicio es positivo tanto para nosotros, ya que nos libera de trabajo y nos permite ofrecer un servicio de calidad durante las 24 horas de todos los días del año, como para el cliente, ya sea porque no dispone de mucho tiempo o porque le apetece una pizza en nuestro horario de descanso", asegura Guardeño.
En cuanto al público al que va dirigido, indica que "durante estos días de prueba han utilizado la máquina personas de todas las edades y en diferentes tramos horarios del día". "De esta forma también nos diferenciamos del resto de establecimientos y nos ayuda a expandir nuestro negocio", asegura Guardeño, quien espera que este servicio tenga una gran acogida entre la ciudadanía como la fusión perfecta entre artesanía y tecnología.